OPINION

'Pesadilla en la cocina': el secreto de Alberto Chicote para plantar cara a 'Gran Hermano'

sole pesadilla en la cocina
sole pesadilla en la cocina

Pesadilla en la cocina de Alberto Chicote vive una temporada de éxito. A pesar de que el programa reproduce una mecánica repetitiva que, aparentemente, podía desembocar en un desgaste de audiencias (restaurante caótico que da paso a una historia de superación personal de los protagonistas del programa para terminar con una reforma del local que atisba un final feliz...Y así todo el rato), la presente temporada del programa de La Sexta está viviendo una edad dorada de audiencias.

Un acierto del canal ha sido programar los nuevos capítulos frente a un Gran Hermano en horas bajas pero, al mismo tiempo, estos episodios han demostrado que el equipo de Pesadilla en la cocina ha logrado reinventar sus últimas temporadas para mejorar su producto y conquistar la complicidad del espectador con más fuerza.

El programa ha encontrado un elenco de personajes que son más reconocibles que nunca para la audiencia. Chicote ya no sólo ha acudido a bares y tabernas de menú del día.

Ahora el chef ha viajado por una pluralidad de localizaciones. Camping, boda, barcos e incluso Chicote ha tirado la toalla. Lo nunca visto. Pesadilla en la cocina no se ha acomodado y ha conseguido ir más allá con una galería de personajes de carácter de los que es fácil acordarte semanas y semanas después de la emisión del programa.

Fermín, Rocío, Ronald, Enrique o Sole son algunos de esos nombres con carisma que serán difíciles de olvidar cuando termine esta tanda de episodios de Pesadilla en la cocina. Al final, la clave del éxito del formato está en que ha sabido reinventarse sin desvirtuar su atractiva esencia.

El programa mantiene su ADN de un viaje, no apto para escrupulosos, a la trastienda de lugares mugrientos que intentan sobrevivir dando un vuelco a su negocio. Un magnético viaje que no se queda sólo en peleas y entremezcla, gracias a un montaje frenético y astuto, la indignación de Chicote con toques de  humor, emoción y una galería de personajes imprevisibles. Justo lo que falta a la presente edición de Gran Hermano. Ahí está la clave del gran éxito de esta temporada: la fórmula es la misma, pero Pesadilla en la cocina se ha hecho más grande. Ya no es sólo un show, ahora es un reality con tramas de guion bien armadas.

@borjateran

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