OPINION

La Nochebuena o cómo hacer una 'horribilis' programación televisiva

paz padilla telecinco nochebuena
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No es tiempo para las ideas en Nochebuena. O eso se deduce al ver, un año más, la programación televisiva del prime time del 24 de diciembre. Todas las cadenas trabajan con el automático, reproduciendo moldes requetevistos e incluso menospreciando una fecha en la que la televisión está tan presente como es la Navidad.

Porque en la Nochebuena la tele es protagonista. Su ruido suena de fondo, pero es protagonista. De hecho, la pequeña pantalla es uno de los elementos que sirve para generar debate entre manjar y manjar. Y lo hace todo el rato. Sin embargo, en esta fiesta de guardar, los canales de TV repiten la fórmula una y otra vez hasta el sopor.

El mejor canal que sigue invirtiendo en Navidad es La 1 de Televisión Española. Sus especiales en este 24 de diciembre de 2016 han sido los más trabajados. La calidad ha presidido la primera cadena. Los monográficos de Miguel Bosé (dirigido por la excelente mirada de Santiago Tabernero) y Dani Martín (dirigido por uno de los mejores realizadores de RTVE, José María Sánchez-Chiquito) han sido especialmente brillantes: en realización, en puesta en escena, en sonido en directo y en guion. Esta vez, La 1 ha intentado productos conscientes de su tiempo y que conectan con las nuevas generaciones. Es más, este tipo de especiales musicales, que intentan narrar una historia más allá de la sucesión de canciones, deberían convertirse en un formato fijo semanal para la televisión pública, pues proyectan a los artistas desde una perspectiva interesante, diferenciada y seductora para recuperar a un público que se siente huérfano de televisión. Se nota que detrás de estos programas existe gente con las ideas claras de lo que significa TVE y que, además, involucran a los equipos en sus proyecto.

También ha sucedido lo mismo con el retorno de Telepasión. En esta ocasión un Telepasión de verdad, no un sucedáneo como en los dos años anteriores. Telepasión de cine ha sido un salto de calidad, recuperando parte de la esencia de los originales Telepasión Española.

En esta edición, el mítico programa ha ganado entidad con tramas bien definidas, mucha lucida localización en exterior y una realización atractiva. Lógico, pues detrás de este proyecto están el reputado Juan Luis Iborra y el realizador Gustavo Jiménez Vera. Sin embargo, a pesar de ver a Anne Igartiburu e Inés Ballester en un coche descapotable circulando por el madrileño Paseo del Prado al estilo de Las Chicas de la Cruz Roja, este Telepasión evidencia que TVE ya no cuenta con un elenco poderoso de rostros reconocibles. La mayoría de los "populares" que han cantado eran desconocidos para los espectadores. Y eso se debe remediar con otra política de promoción que potencie las caras de la cadena durante el resto del año, que convierta a TVE en una cantera de personajes carismáticos.

A pesar de repetir las misma estrategia de programación de siempre y no innovar con nuevas fórmulas, la Nochebuena de TVE ha sido con diferencia la mejor oferta. Todo lo contrario a las cadenas privadas que, excepto Cuatro, han demostrado su desgana ante la Navidad.

La peor Antena 3, que una vez más opta por refritos de televisión local en la noche del 24 de diciembre. Que si un recopilatorio de imágenes, que si repetir un revival ya emitido de Tu cara me suena (rizando el rizo de la reposición) ¿No sería más interesante inventarse un especial peculiar de El Hormiguero y, así, aprovechar para hacer imagen de marca de "soy un canal divertido que te acompaña también con un acontecimiento de estreno mientras cenas con tu familia en una fecha tan señalada"? En eso ya eran expertos los de Antena 3 cuando realizaban especiales navideños con Farmacia de Guardia o El Gran Juego de la Oca. Los grandes formatos de la cadena servían para potenciar la imagen del canal como referente del entretenimiento en el mismo instante en el que toda la familia se reunía para disfrutar un banquete con el televisor de fondo.

No obstante, estamos en tiempos de ahorro. Así que las cadenas optan por repetir la táctica de programación y, al poder ser, con mínimo gasto de inversión. De esta forma, también Telecinco ha repetido el mismo concepto de gala casposa (La noche en Paz, se llama desde hace muchos años) bajo el sello de José Luis Moreno. Un despropósito. Un caos. Mala realización, mala iluminación, malas coreografías, malos teatrillos, malos guiones (con todos los clichés que ya creíamos superados por la sociedad...), mal decorado (se veía hasta lo que no se debía ver de la escalera por donde bajan algunos artistas)... Lo mejor, Paz Padilla que logra salir airosa del guion con su particular naturalidad que conecta con la señora que está viendo Mediaset a esas horas.

Pero que nadie se autoengañe, José Luis Moreno es listo y, por un módico precio, logra rellenar horas y horas de la Nochebuena de Telecinco con unos ingredientes que tiene muy testados a la hora de cocinar sus galas: que si la emoción de niños que bailan, que si unos globitos de colores que caen del techo del plató, que si un sainete de matrimoniadas interpretado por un rostro reconocible para el público fiel de Mediaset (véase Kiko Hernández), que si artistas de siempre. Negocio (casi) redondo para Telecinco, ya que estos ingredientes en la coctelera funcionan como fuente de comentarios para cualquier celebración familiar, lo malo es que la forma en la que se guioniza, realiza y produce el invento es un espanto retrógrado que a Telecinco le vendría bien superar y apuntarse el tanto.

Donde sí se apunta el tanto Mediaset es con Cuatro y su especial de First Dates. El programa revelación del año también ha tenido su edición en Nochebuena, con unos encuentros a tono con la sensibilidad de estas fechas y convirtiéndose en una alternativa para aquellos que han estado deseosos de huir de la programación convencional. La Sexta, por su parte, se quedó también en el refrito y en El Club de la Comedia, un show que es comodín.

Como la 'comodín' Nochebuena de las cadenas, que ya no es una cita televisiva. Sólo es un mero trámite horríbils, pues evidencia el lado más casposo de la televisión actual, una televisión que no arriesga y cae en los tópicos de la programación. Triunfará aquel que rompa con esos clichés y reinvente las manoseadas fórmulas de las nochesbuenas de fiesta.

@borjateran

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