OPINION

Lo que la tele de España debe copiar (sin disimulo) de la gala de los Grammy

beyonce grammy
beyonce grammy

Las galas de premios de la televisión en España se suelen fijar en las ceremonias norteamericanas. Lo malo: cogen las referencias mal. Pero estamos a tiempo de solucionarlo, pues estos últimos Grammy nos dan cuatro lecciones prácticas perfectas para tomar nota e inspirarnos... sin que se note mucho. O, mejor, que se note directamente.

1. Qué parezca un accidente

Ya que es habitual que en las galas de premios nacionales existan pifias, la mejor opción es sorprender al espectador con tropelías preparadas que, en un principio, parecen ciertas. Así, el presentador de los Grammy de este año, James Corden, ha hecho creer a sus espectadores que el elevador, un ascensor al estilo Tu cara me suena por el que entraba en escena, se quedaba roto a mitad de escena. Parecía un fallo real, pero después la parodia se llevó al extremo. Gorden cayó a un foso escondido para, después, rodar las escaleras. Y eso siempre da mucha risa. La audiencia pillaba la broma y se sumergía con entusiasmo en el tono de comedia del maestro de ceremonias. Y, de paso, si sucedía algún que otro fallo técnico real nadie se indignaría demasiado.. Esto de reírse de posibles fallos sería un magistral ejercicio en Los Goya y otras galas patrias (no hablemos ya de Eurovisión...). Lo que viene a ser hacer de la (mala) fama, destenillante virtud. Pero Corden llegó antes a esta ocurrencia.

2. Actuaciones espectaculares y con propuestas escénicas diferenciadas

Elemento básico que aún no se ha incorporado del todo en España: para que triunfe un show musical en un programa de televisión o gala de premios es fundamental atraer la atención de la mirada del espectador con una puesta escénica definida y diferenciada para cada número. A tono con cada artista. Sin escatimar ideas por locas que sean. Da igual que el espectador no lo entienda del todo, lo importante es dejar al público pegado a la pantalla. Con la tecnología actual tampoco hace falta mucho derroche presupuestario. De hecho, Beyoncé no necesitó más que figurantes, unas proyecciones (mareantes, claro) y una silla contorsionista. Vale, para lo de la silla que levita igual todavía no estamos preparados. Pero todo es ponerse.

3. Los premiados saben a lo que van.

Los artistas norteamericanos entienden que un simple agradecimiento es poco para recoger premio. Incluso se tiran a la piscina del performance si hace falta. Así los integrantes de Twenty One Pilots, Tyler Joseph y Josh Dun, subieron al escenario para recoger su galardón sin pantalones y sin zapatos. Vamos, en calzoncillos. Porque de esta guisa veían los Grammy en su casa. Regalaron un momentazo a la gala y, de paso, se aseguraron comentarios en las redes y repercusión en mediática. Premiados, jugad.

4. Implicar a las estrellas. Saben que son las protagonistas

Las estrellas nosteamericanas no acuden a las galas de premios para posar en la alfombra roja y escabullirse después. No, comprenden que son ellas mismas, sus talentos e incluso atrevimientos lo que levantan el éxito del show. No quieren defraudar. Y participan activamente. No escatiman.

@borjateran

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