Javier Sardá ha vuelto a El Hormiguero. Esta vez para hablar de su libro, Una historia de la mala leche. Aunque también, tras asistir a uno de los extraordinarios retos que realiza cada semana Pilar Rubio, el comunicador ha lanzado una sabia reflexión a Pablo Motos: "Te veo sufrir detrás, te pones muy serio. Tu tranquilo, como si falla todo... mejor".
Con su particular ironía, Sardá daba en la tecla, la tecla de su éxito personal y, al mismo tiempo, de la debilidad de Motos. Porque el problema que aún tiene Pablo Motos en el directo es que no siempre transmite estar relajado en su propio formato. Al contrario, el espectador siente la percepción de que Motos está tenso en su obsesión por lograr el gran momentazo televisivo.
"Voy a intentar tomarme una tila antes del programa. Voy a coger el consejo", replicó Motos a Sardá, que también bromeó, con su característica media sonrisa, con un "nunca sé en qué momento del programa estamos", por el ir y venir de secciones a un ritmo frenético.
En Crónicas Marcianas Sardá también trabajaba a la caza y captura de ese instante genuino que deja con la boca abierta al espectador. Pero él mismo conseguía el más difícil todavía: contagiar que lo estaba disfrutando. Esa es la asignatura pendiente del presentador de El Hormiguero y el mejor consejo para todos: intentar disfrutar de las oportunidades que tenemos. Y El Hormiguero es un gran show para disfrutar. También por parte de su presentador.
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