OPINION

Los vicios que la prensa tradicional ha incorporado de su criticada telebasura

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El nacimiento de la radio no acabó con los periódicos y la llegada de la televisión tampoco terminó con la radio. Pero, en cambio, Internet y las nuevas plataformas sociales han integrado a todos los medios de comunicación, difuminando sus diferencias. Incluso la prensa tradicional, antigua referencia del denominado periodismo "serio", ha incorporado elementos de ese show business televisivo que tanto criticó.

El diario El País organizó el primer debate electoral digital de la historia con motivo de las elecciones del 20 de diciembre de 2015. Todo un acontecimiento que, en realidad, sólo era una emisión tradicional televisiva hecha a través de Internet.

Los vídeos se expanden por diarios digitales y vemos lo que sucede dentro de los los estudios de radio. El oyente ya no imagina a su gusto al locutor estrella de la FM. Al contrario, lo ve y lo revé. Al final, nadie quiere perder el poder de la imagen en movimiento. Es una tendencia lógica, pues las nuevas ventanas de acceso a la información, que van desde los portales de los medios hasta las propias redes sociales, son eso: imagen.

Sin embargo, existen otros trucos que la prensa tradicional ha incorporado y vienen directamente de la peor televisión, la televisión que busca audiencia rápida, de usar y tirar, aunque para ello tenga que vender humo.

Si los magazines catódicos se han llenado de rótulos que gritan 'directo', 'última hora' y 'exclusiva', la prensa "seria" también ilustra sus noticias con 'directo', 'última hora' o 'exclusiva', ya sea en sus redes sociales o en sus portadas digitales. Al igual que en la tele, con estos nerviosos titulares se busca atraer la atención del ojo del espectador. Una estrategia muy útil, el problema está cuando, como en los criticados programas sensacionalistas, se lanzan noticias como 'directo', 'última hora' o 'exclusiva'. Pero, en ocasiones, no son ni 'directo' ni 'última hora' ni 'exclusiva'. Y esta estratagema sucede cada vez más. Como también pasa en la (mala) tele.

Son las consecuencias de la audiencia instantánea que todo lo mide en la red. Cada vez cuesta más que el lector pinche en según que temas, así que los periódicos se lanzan a la creatividad viral que ya antes inventó la televisión. Incluso si hay que tirar de cebos, al más puro estilo de Aquí hay tomate, se tira.

De hecho, los titulares-cebo son una práctica cada vez más habitual. Nada de desvelar informativamente en el título de qué va la noticia, déjalo en suspense. Si Paula Echevarría y David Bustamante se separan, mejor escribe: "esta es la pareja que se ha separado y no te esperas". Es la táctica para que el lector pinche en el tema, dando la visita correspondiente al medio. Porque, ya no sólo hay que retener al público con intriga para que no se escape durante los anuncios de la tele, ahora, también, hay que llamar su atención con redoble de tambores para que entre a leer un artículo. Gajes del oficio del periodismo de la viralidad.

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