OPINION

El miedo a la contraprogramación de la TV en España

la casa de papel
la casa de papel

Antena 3 ya ha anunciado la fecha de estreno de su nueva apuesta de ficción, La Casa de Papel, la primera serie española cuyo eje argumental gira en torno a un gran atraco. La ficción, protagonizada por Úrsula Corberó, Itziar Ituño, Álvaro Morte, Paco Tous, Pedro Alonso, Alba Flores, Miguel Herrán, Jaime Lorente, Esther Acebo, Enrique Arce, María Pedraza, Darko Peric, Fran Morcillo o Kity Manver y creada por Alex Pina (Vis a Vis), verá la luz el 2 de mayo, justo después de la emisión rompe-audiencias del encuentro de Champios entre el Real Madrid-Atlético de Madrid. Así la nueva producción puede arrastrar el tirón de un público, el futbolero, que conecta con este género de thriller policiaco.

Y la fecha de lanzamiento se ha anunciado con 11 días de antelación. Se trata de un margen de tiempo poco habitual en la televisión en España, pues las cadenas atesoran en secreto el día y la hora en la que estrenan sus productos estrella por miedo a la contraprogramación que puede hundir una importante inversión en un contenido de prime time.

Porque para triunfar en audiencias no sólo es crucial el gancho del contenido, también es decisiva la competitividad del espacio con el que rivaliza la cadena contraria. Como si se tratara de un juego de ajedrez, los canales españoles han priorizado la táctica de intentar ocultar al adversario la fecha de estreno de sus series y programas hasta el último momento, cuando la ley no deja más margen (72 horas antes).

Sin embargo, esta estrategia también se termina convirtiendo en un obstáculo para los propios estrenos de las cadenas, ya que el televidente no cuenta con el margen suficiente para interiorizar cómo y cuándo llega un nuevo producto. Y los responsables de promoción de las cadenas tampoco tienen la posibilidad de crear una estrategia de largo recorrido para generar expectación, marcando la fecha en la agenda de la audiencia.

Todo lo contrario que los norteamericanos, que lanzan la fecha de estreno de sus ficciones con meses de antelación. La larga espera se transforma en un camino de acciones publicitarias para aumentar la expectación de los seguidores de ficción. Con este margen, las networks pueden planear una estrategia de marketing convencional, perfecta para dar a conocer con antelación las fechas de estreno de las producciones e ir dosificando la información con la que trabajarse al público a través de las participativas artimañas de las redes sociales, generando conversación y propiciando que se especule con lo que puede esconder la trama de la ficción y sus posibles giros dramáticos.

Un desarrollo más complicado en nuestro país, patria donde las cadenas priman esa competencia feroz, con parrillas plagadas de horarios sin determinar que viven a expensas de la temida contraprogramación. Un verdadero juego de tronos televisivos: se mueve ficha dependiendo de la instantánea oferta del rival, las medias mensuales de audiencia y la facturación publicitaria.

Como consecuencia, los estrenos nos pillan por sorpresa y el espectador siente que es de lo que menos importa en todo el proceso. Incluso muestra cierta desconfianza hacia los canales ¿me cancelarán mi serie favorita? Como sucedió con El Ministerio del Tiempo.

Sin espectadores, no hay producto. Pero manda la estrategia de programación frenética del aquí te pillo, aquí te programo. En ocasiones por la necesidad de las argucias del particular sistema de la economía del mercado televisivo español, en otras a la caza de derrotar cuanto antes a la cadena rival. Porque no hay piedad: con (casi) nadie. Porque en la estrategia de programación de la televisión privada en España, como en el universo de Juego de Tronos, los finales son despiadadamente imprevisibles. La Casa de Papel es una excepción, pero, en realidad, porque ya han protegido su estreno arropándolo tras un partidazo de Champions. Ya se sabe, el fútbol es el fútbol.

> Las 7 cualidades del buen fan de ‘El Ministerio del Tiempo’

@borjateran

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