OPINION

El viaje al ostracismo de La 2

jordi hurtado la 2
jordi hurtado la 2

La audiencia de La 2 envejece. El target de público de la segunda cadena de TVE supera los 65 años. Los jóvenes desconectan de una frecuencia que se rediseñó en los años noventa para ser una atractiva ventana cultural, que reuniera a todo tipo de espectadores frente al televisor.

Sin embargo, la relevancia de La 2 se ha ido desvaneciendo en los últimos tiempos. Sólo Saber y Ganar, con Jordi Hurtado, destaca en los resultados de cuota de pantalla de una parrilla de programación aparentemente desordenada, con unos contenidos que el espectador no encuentra de forma intuitiva.

La 2 sufre un problema estructural. Con el nacimiento de la TDT, el aumento de canales y la retirada de la publicidad de Televisión Española, la segunda cadena se ha hecho más invisible. Su programación está plagada de formatos interesantes que, en cambio, el espectador no sabe que existen, como el actual magazine de tarde Tips. Un divultativo retrato de nuestro tiempo que, sin embargo, pasa desapercibido.

La antigua UHF necesita organizar mejor los contenidos. Para ello, debe diseñar pilares, en forma de programas diarios, en directo, que acompañen en su vida cotidiana al espectador y que sirvan de referencia al resto de formatos, enlatados, que se pueden consumir después a la carta. Estos programas son como faros que guían al espectador en la tempestad de un mar de impactos visuales. En definitiva, el canal necesita unas franjas horarias más definidas y organizadas por temáticas, en las que el mismo programa no arranque a una hora diferente en cada emisión. La audiencia debe poder intuir, mejor y sin pensar demasiado, qué tipo de contenidos se programan en cada tramo de la parrilla.

Además de Saber y Ganar en la sobremesa, el canal debe dibujar otro formato de referencia en la noche. Función que antiguamente cumplían espacios como el concurso Lingo o el informativo La 2 Noticias, ahora relegado en el final del late night. Programas donde también es importante la figura del presentador-periodista, que se transforma en rostro reconocible e identificable con la cadena y que despierta empatías en el público. Crucial en televisión. Ahora, en cambio, cuenta con un gran contenedor de cine diario que desvirtúa la sensación de canal cultural generalista y que impide más versatilidad de géneros (documentales, música, entrevistas) en los prime time semanales.

Otro de los problemas de La 2 está en que, en muchos casos, las temporadas de sus programas son cortas o discontinuas, sin tiempo hábil para fidelizar espectadores. El público descubre el programa y el programa se acaba.

Y, sobre todo, La 2 debe abrirse a un lenguaje más joven, que sirva como plataforma de nuevos talentos con ganas de comerse el mundo. Porque el principal problema de La 2 es que suele vivir con el síndrome de eterno personaje secundario con programas menores, que se relegan porque no caben en la primera cadena. Pero, al contrario, el canal debe sentirse un epicentro social al que el público acude cuando no se siente identificado con lo que ve en la tele. Como si fuera ese centro cultural de moda, ese del que todos hablan. Esa es la asignatura pendiente de TVE con La 2: construir una moderna marca que rompa el cliché de que la cultura es un nicho elitista y aburrido.

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@borjateran

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