OPINION

'Sálvame' ficha a Ángel Garó para fortalecer su contenido en verano

angel garo en salvame
angel garo en salvame

Dramático y desternillante al mismo tiempo. De cómico reputado a folclórica de su propia vida. Ángel Garó se ha ganado un puesto fijo en Sálvame. Fichaje estelar, dicen. Un empleo que ha conseguido al narrar sus delirios sentimentales con un apabullante magnetismo.

Las entrevistas de Jorge Javier Vázquez, y sus colaboradores, a Garó funcionan tan bien que ya es un habitual de Telecinco. Incluso el programa ha preparado un set, al más puro estilo de El Club de la Comedia, para que el humorista realice sus monólogos. Todo cabe en Sálvame.

Con vuelcos de guion como este, el formato de Telecinco se perpetua en el tiempo, pues consigue adaptar su mecánica a los personajes que va introduciendo en sus tramas.  Como ya hacía María Teresa Campos en sus míticos programas de mañana -de los que beben todos los magazines actuales-, Sálvame prueba secciones, inventa y se reinventa. Y, si hace falta, construye un escenario para el monólogo de Ángel Garó.

Pero el secreto está en que no introduce este sketche con un pegote inconexo. El programa planta a sus populares y reconocibles colaboradores como público del show de Garó. El cómico se va riendo de ellos en su cara, ellos se ríen con él y, al final, él se está riendo de sí mismo. La catarsis perfecta. Sálvame recupera a un artista olvidado, relanza su popularidad y gradúa la intensidad de su paso por el programa para estirar con atractivo su presencia.

Sin ir más lejos, este fin de semana, el programa de Telecinco ha invitado al plató a Garó con su propia madre. Sálvame ya tiene otro personaje, la mamá del folclórico. Porque el éxito de Ángel Garó está en que tiene lo mejor y lo peor de las folclóricas de siempre: sobreactuado, indomable, imprevisible y algo irreverente. No necesita imitador porque ya es una parodia de sí mismo que, aunque ahora hablando de su propia vida, mantiene esa peculiaridad con la que brilló en el Un, dos, tres: es un tío raro. Una característica perfecta para la televisión, pues la televisión también es una electrodoméstico raro. Muy raro.

@borjateran

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