OPINION

Lolita Flores instala el género de la 'auto-entrevista' en la TV española

lolita autoentrevista
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Lolita tiene un plan se vendió como el nuevo espacio de entrevistas de La 1 de Televisión Española. Pero, en realidad, es en gran parte el nuevo programa de auto-entrevistas de su propia presentadora. Porque, independientemente de quien tenga delante, Lolita Flores cuenta con la habilidad de realizarse a sí misma las preguntas adecuadas para brindar el titular que engancha al espectador.

Lolita no es periodista, ni falta que le hace. Aunque sí intuye lo que interesa al público. Incluso lo que interesa sobre ella misma. Se nota que es una mujer todoterreno que ha crecido bajo el aprendizaje de la más grande de todas las folclóricas, su madre, Lola Flores. De su matrona probablemente interiorizó la importancia de hablar sin demasiados tapujos para, de esta forma, traspasar la pantalla con la mayor fuerza posible.

Así, en esta serie de especiales en La 1, Lolita logra exprimir a sus invitados a través de su propia experiencia personal, asociada al mundo del espectáculo desde que nació. Sin que le pregunten, la propia presentadora desarrolla sus dudas, sus miedos, sus ilusiones y sus famosas anécdotas. Las suyas y las de su propia familia, como cuando recalca que su hija hace muchos castings pero que a la hora de la verdad trabaja poco.

Sus ya populares batallitas son perfectas para generar debate entre los invitados. Y desde luego rompen con el tabú de que el "moderador" no debe ser protagonista. En Lolita tiene un plan, ella es el engranaje y motor principal del show. Hasta no duda en denominarse entrometida en una profesión si hace falta. "Me he considerado una actriz intrusa, porque soy cantante", dijo en la noche de estreno de su programa, mismo programa en el que volvió a recordar la muerte, con solo 15 días de diferencia, de su madre y hermano como si de una exclusiva en la revista ¡Hola! se tratara.

Porque Lolita es el titular de sus propios entrevistados. Y lo mejor es que este protagonismo nunca está revestido de egocentrismo o narcisismo sino, más bien, de cercanía, generosidad y empatía. Es su magnetismo inevitable, que puede con todos y todas. Mejor que sus convidados vayan preparados para dejarse eclipsar... o para enriquecerse enormemente con sus vivencias que aporta en la charla.

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@borjateran

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