Una casa, unos visitantes que son entrevistados y un personaje popular como anfitrión. Con estos mimbres, saltaron las alarmas: el nuevo programa de Lolita Flores se parecía demasiado al de Bertín Osborne. Pero Lolita tiene un plan, que así se llama este formato de la hija de La Faraona, ha sabido encontrar una personalidad propia diferenciándose en cinco características principales de Mi casa es la tuya del cantante de 'Buenas noches señora".
1. De la entrevista íntima a la charla entre compañeros de profesión.
Bertín Osborne intenta mostrar el lado más desconocido e intimo de la trayectoria personal de sus invitados. Lo hace con una charla amable, cercana y muy emocional. Lolita, en cambio, no busca a un solo protagonista, sino que convida a varios personajes famosos a su casa. En este entorno surge una interesante tertulia sobre experiencias personales y profesionales de los populares asistentes que acuden al programa unidos por un vínculo profesional. El mundo de las actrices, el universo folclórico, el poder de la radio y el fútbol son los temas elegidos para esta primera temporada de Lolita tiene un plan. Un espacio que consigue una curiosa radiografía de la relación de la propia Lolita con el oficio en el que se mueven sus invitados. Bertín Osborne se centra más en el lado personal del visitante.
2. Mi casa no es la mía.
Bertín Osborne vive en la casa en la que se graba su programa. El espectador ve su jardín, su salón, su habitación, su cocina, su vitrocerámica... Nada que ver con el programa de Lolita que enseña un hogar que, en verdad, se trata de una mansión alquilada solo para grabar el programa. De hecho, esta localización ya se ha utilizado para otros rodajes como el del regreso de Homo Zapping las pasadas navidades. Una licencia dramática para favorecer la producción del show. Aunque la propia Lolita ya enseñó su casa real en la primera temporada del programa de Bertín, En la tuya o en la mía. Paradojas de la televisión.
3. Iluminación de plató de televisión.
El espacio de Bertín Osborne, tanto en su etapa de TVE como en la actual en Telecinco, ha optado por una luz realista. Mi casa es la tuya apuesta por una iluminación natural que pretende que el espectador viva la experiencia de colarse en un encuentro entre dos personas populares casi como si se tratara de un armónico documental. Muy diferente a Lolita tiene un plan que sigue una estructura de programa de televisión más tradicional. El formato se desarrolla siempre en un mismo enclave e imita el tiempo real de la reunión. Casi como si se emitiera en directo. Y todo, desde un chalet en el que, al igual que en los decorados de los estudios de televisión, se definen mejor profundidades y texturas gracias a la fuerza de la luz. Sin miedo a introducir tonalidades más artificiales en color. Ya se lo dijo Lola Herrera en el primer programa, "tienes la casa muy bien iluminada".
4. Mirar a cámara.
Los invitados de Lolita protagonizan pequeñas entrevistas en las que miran a cámara y que se introducen como píldoras durante la emisión. Así el programa refuerza y explica mejor las anécdotas o curiosidades que surgen en el encuentro con la Flores. En Mi casa es la tuya, el invitado principal sólo habla con Bertín. Ese es el poder del programa: el invitado se abre, sin demasiados filtros, ante la infalible campechanía de Osborne.
5. Lolita, primera vedette.
Lolita también es muy campechana. Como Bertín. Pero mientras que Mi casa es la tuya se centra en las historias que narra el invitado de cada edición, en Lolita tiene un plan, Lolita Flores termina siendo gran protagonista del espacio. Ella crea los propios titulares de su programa. Su trayectoria y su familia marcan mucho. El espectador quiere escuchar sus batallitas. Una situación distinta a Bertín Osborne que, aunque también el público agradece alguna confidencia 'osbórnica', el guion del programa busca que el titular del día siguiente recaiga en declaraciones exclusivas del visitante. Bertín no es el protagonista principal, lo es su invitado en primera persona. Lolita tiene un plan, en cambio, traza un retrato intergeneracional de profesiones de calado mediático, un retrato que quedará brillando en el archivo de TVE.
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