OPINION

Roberto Leal presentará el nuevo 'Operación Triunfo': sus fortalezas y los retos a los que se enfrenta

roberto leal tve
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Roberto Leal ha sido el elegido para presentar la nueva edición de Operación Triunfo. TVE y la productora Gestmusic, creadores del mítico concurso, han optado por un rostro habitual de la cadena que tiene gran experiencia en programas de conexión en directo. Sus tablas previas en plató y como reportero callejero son claves para su porvenir como conductor de OT, pues un show de estas características necesita un director de orquesta acostumbrado a lidiar con los quebraderos de cabeza que surgen en vivo.

Roberto Leal tiene práctica y, además, sabe salirse del guion con cierta gracia e ironía si hace falta. Pero sin acaparar el protagonismo más de lo necesario. Esta es la otra clave que se busca en Operación Triunfo: el comunicador debe ir marcando el paso sin que se note demasiado. La historia que cuenta el programa se narra a través de las canciones, miradas, reacciones y, sobre todo, la evolución de los concursantes. Ellos son los grandes protagonistas.

Esta característica del formato también ha propiciado que se haya optado por un jurado de bajo tirón mediático. En la esencia original de Operación Triunfo, los jueces no deben hacer sombra a los alumnos de la academia. De ahí que el jurado este compuesto por profesionales de distintos sectores que lo que sí aportan es bagaje y argumentación.

En esta remozada edición, estarán analizando las actuaciones la cantante Mónica Naranjo,  el especialista en marketing, música y derechos de autor, Joe Pérez-Orive y el músico y director artístico de Universal Music, Manuel Martos (que, por cierto, también es el hijo de Raphael).

El reto de 'OT 2017'

El éxito o fracaso de la nueva edición de Operación Triunfo dependerá de que el programa logre generar un acontecimiento artístico con unos cantantes novatos aprendiendo a ser artistas. Para alcanzar el interés de la audiencia, OT necesitará de la empatía que desprenda el nuevo casting, pero también de la química que surja entre alumnos y el claustro de profesores, pilar crucial también en este reality musical con internamiento en academia.

Aunque hay otro elemento también imprescindible para que brille un Operación Triunfo que llega en 2017, con una audiencia que ha visto ya todo tipo de concursos hechos con promesas de la canción: con la escenografía de cada actuación el programa puede marcar la diferencia.

El espectador, y especialmente las nuevas generaciones que son las que se verán reflejadas en la pandilla de nuevos 'triunfitos', se quedarán en el nuevo OT si cada propuesta musical se traduce en un espectáculo televisivo por si solo: en realización visual, en iluminación, en escenografía y en implicación del público. Estos ingredientes propiciarán conflicto para los propios concursantes, ya que aprender a integrar toda esa coreografía de factores del gran show en directo será un hándicap de nervios, frustraciones e ilusiones para los artistas que pretenden lanzar su carrera gracias a OT. Un OT que, ahora, tendrá que lidiar con una televisión que se comenta (y critica) desde las redes sociales, pero que también tendrá que luchar contra sí mismo. El peor enemigo del regreso de Operación Triunfo es el propio e idealizado recuerdo de la audiencia que siguió aquella ingenua primera edición de OT porque se identificó con unos concursantes que eran como nosotros mismos.

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@borjateran

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