OPINION

María Patiño: la dificultad de encontrar su papel en el informativo rosa 'Socialité' de Telecinco

El apasionado carácter de María Patiño ha sido clave en su éxito, que no ha parado de crecer desde que saltara a la gran popularidad con los programas Sabor a ti y Dónde estás corazón (Antena 3). Incluso convirtiéndose en la presentadora perfecta para comandar la versión nocturna de Sálvame (Telecinco), cuando Jorge Javier Vázquez está de vacaciones (o grabando otros programas de la cadena).

En Sábado Deluxe, Patiño controla con desparpajo el plató, pues es rápida repartiendo juego entre invitados y colaboradores. Funciona, es el hábitat natural en el que se ha curtido durante años.

Con esta larga trayectoria, Telecinco ha apostado por Patiño como salvadora de su nuevo informativo rosa del fin de semana, Socialité, que no logra superar la barrera del diez por ciento de share de media.

A primera vista, el perfil de la periodista es ideal en este cometido: cuenta con cierto tirón entre el público que busca captar este tipo de espacio y, además, impregna de su personalidad cada presentación. Da caché al show, es querida y no es un busto parlante, narra los dimes y diretes como si estuviera hablando en una tertulia.

Sin embargo, al estar completamente sola en el estudio en la mayoría de las presentaciones de las noticias y no contar con réplica, Socialité convierte a María Patiño en una especie de telepredicadora del cuore.

De hecho, en ocasiones, da la sensación de que está sentando cátedra al informar sobre las celebrities. Como consecuencia, el programa se impregna de un intenso tono que recuerda a otras épocas mediáticas ya superadas, cuando los locutores se sentían por encima del espectador y hablaban desde una superioridad moral de un frío púlpito.

Lo contrario que pretende Patiño, que con sus anotaciones e insinuaciones simplemente querrá dar un valor añadido al contenido de saldo de su programa.  Lo malo, no parece cómoda en tal cometido.

Es un acierto que María Patiño, que no es una presentadora al uso, intente hacer suyo Socialité incorporando su reconocible temperamento de "colaboradora" a sus labores de maestra de ceremonias. Pero, al mismo tiempo, Patiño no termina de encontrar su sitio porque el programa no está definido, el estilo de sus contenidos ha sufrido varios cambios sin demasiada coherencia (hay semanas que parece un programa gamberro, otras un fino informativo de crónica social) y, sola ante el peligro, su genio no brilla igual.

@borjateran

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