OPINION

Sálvame: cómo hacer más eficaz en TV un monólogo de Belén Esteban en 4 sencillos pasos

belen esteban mira a camara
belen esteban mira a camara

El protagonismo de Belén Esteban se ha activado en Sálvame. La más popular colaboradora de Telecinco vuelve a estar en el punto de mira tras filtrarse unos mensajes de Whatsapp de su hija a su ex marido. Hasta aquí no parece una gran historia, pero Esteban explica el conflicto con un grado de indignación digno de diva del mejor culebrón de sobremesa. Es su secreto del éxito, pero sus vaivenes emocionales que elevan la cuota de pantalla no serían lo mismo sin las artimaña del equipo detrás de cámaras de Telecinco.

Porque en televisión tan importante es lo que se cuenta como la forma en la que se muestra al espectador aquello que sucede en plató. Y el equipo de realización de Sálvame sabe jugar y enriquecer la tertulia eterna que supone este formato, que rellena cuatro rentables horas de televisión diaria. Lo consigue en cuatro sencillos pasos.

1. Música de tensión muy fuerte.

Sálvame no deja de ser un debate intenso. Pero, para que no decaiga el interés, cada instante se va aderezando de músicas y ruidos de fondo que sobresaltan al espectador que descansa en su butaca. Si Belén Esteban va a narrar uno de sus discursos intenso, suena de fondo una banda sonora épica digna de batalla naval.

2. Plano de reacción constante.

Es fácil perder el hilo en Sálvame. Así que el programa va lanzando vídeos que explican el estado de la situación de los dimes y diretes para que no se pierdan aquellos que no están graduados en un master en Telecinco. No obstante, esos vídeos siempre van aderezados con un plano de reacción del afectado. Belén Esteban tampoco olvida este detalle y va poniendo caras de tensión durante la proyección de la pieza. Sabe que está en imagen en directo y que no debe bajar la guardia.

3. Bien de zoom.

Para incrementar la tensión, al realizador de Sálvame no le tiembla la mano con el zoom. Los primeros planos más extremos son claves para conectar mejor con la emoción del espectador. Belén Esteban también conoce esta táctica. Son años de experiencia. Es más, esta semana, pidió que la cámara se acercara más a su rostro para, así, poder narrar con más énfasis su último giro dramático. El televidente se queda pegado.

4. No tomarse demasiado en serio.

Pero, sobre todo, el gran éxito del equipo de realización de Sálvame está en que se atreve a jugar e incluso azuzar con cierta parodia los momentos más vehementes del show. De esta forma, cuando Belén Esteban habla al espectador con su intensidad melodramática, el realizador no duda en pinchar otro plano en el que se ve a la colaboradora a dos palmos de la cámara. Como Hamlet y la calavera. Así se enriquece un monólogo con cierta travesura, plasmando mejor el surrealismo que supone el plató de Sálvame. Y esa realización visual revoltosa, que conecta con el tono del programa, es crucial para hacer más entretenido un formato repetitivo que, sin embargo, no desgasta su éxito en las tardes.

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@borjateran

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