OPINION

A quienes gustará Celda 211 y a quienes molestará

Ya que una película es un producto, vale la pena analizar Celda 211, el último estreno de cine español. ¿A qué clientes gustará y por qué? ¿A quienes no gustará y por qué?

Vayamos a ello, pero antes un poco de macumba, es decir, de explicación sobre la trama. Un celador novato de una penitenciaría está recibiendo sus primeras instrucciones cuando, por extrañas circunstancias, queda atrapado en una celda (¿adivinan qué número?). Luego... bueno, tiene que sobrevivir en medio de los peores canallas del barrio.

Esta película gustará a:

Los que pensaban, como Amenábar, que el problema del cine español es que no había buenos guiones. Aquí hay un buen guión que se sale del viejo libreto español, ya saben, esa película que se estrena todos los años desde hace 30 años y que consiste en "tres personas que afrontan la vacuidad de la vida con sexo, copas, tríos y macumba".

Gustará a los que pensaban que los actores españoles sólo necesitan un buen director de actores. Y es que nuestros actores se tienen que ganar la vida en teatros, y cuando saltan al cine, no hay director que les corrija las declamaciones y las gesticulaciones. Aquí Daniel Monzón las corrige. No todas ni a todos, pero hay interpretaciones sobresalientes como la de Luis Tosar.

Gustará a los amantes del buen  cine policíaco o de acción. Es decir, esta es una película del llamado cine de género, subsegmento cine "carcelario", igual que cuando los empresarios hablan de que son "líderes en el segmento de las natas preparadas". Queda demostrado que este equipo de cineastas domina ese género.

Pero en cambio no gustará a:

La gente que espere ver un final donde pueda decir a sus hijos: "¿Ves lo que pasa cuando uno se porta mal".

No gustará a los que amen a las llamadas "fuerzas del orden": los polis, los vigilantes, los inspectores, en fin, toda esa gente con uniforme. Aquí pasa lo que suele pasar en las películas de carceleros: los polis acaban representando el papel de "ese Estado que nos oprime", y por eso los presos al final hasta caen bien.

No gustará a las mujeres embarazadas. Mejor tener el hijo, y luego ir a verla.

No gustará a los enemigos de la casquería pues desde el primer minuto hasta el último hay un protagonista muy español: la sangre. Somos un país sanguinolento pues comemos sangre de cerdo con cebolla, celebramos fiestas taurinas con sangre, y la bandera tiene el color del sol y de la sangre.

Y ahora vamos a los datos de interés económico: la película costó 3,5 millones de euros, según revelaba El Confidencial. En el primer fin de semana recaudó más un tercio de esa cantidad, 1,2 millones de euros. Es la más vista de la cartelera. Si se mantiene así, en las próximas dos semanas recuperará la inversión, cosa que todavía no pasa con Ágora. La película de Amenábar costó casi 50 millones de euros, y lleva recaudados más de 18 millones. La recaudación es estupenda, pero el coste el filme fue muy elevado. Hay que darle tiempo a Ágora.

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