OPINION

Akerlof desata el instinto animal

George Akerlof se hizo famoso en el mundo gracias al "lemon market". No tiene nada que ver con los cítricos porque ese es el nombre que se da en EEUU al mercado de coches de segunda mano. Akerlof publicó en 1970 un trabajo sobre este extraño mercado donde el vendedor sabe mucho más que el comprador: si el coche es una "patata" (los americanos lo llaman 'lemon'), el comprador no tiene posibilidad de averiguarlo y por eso muchas veces se echa para atrás. No se cierra el trato.

En 2001, Akerlof recibió el premio Nobel de economía junto con Joseph Stiglitz y Michael Spence por sus estudios sobre la psicología de los mercados. Para Akerlof, las teorías macroeconómicas se tropiezan siempre con la psicología del pueblo. Ha tenido que sobrevenir una crisis para que nos demos cuenta hasta qué punto Akerlof tiene razón.

Esta semana estuvo en la Fundación Rafael del Pino dando una charla sobre la crisis y afirmó que el sustento más importante de la economía es la confianza." Cuando hay exceso de confianza, no tomas decisiones racionales sino irracionales".

De paso, Akerlof presentó su libro "Animal Spirits" (Gestión 2000), escrito con el economista Robert Shiller, uno de los que auguró la burbuja de 2000 y la más reciente.

¿Por qué animal spirits? Es una metáfora de John Maynard Keynes. El economista británico afirmó en los años treinta en su libro "Teoría general del empleo, el interés y del dinero" que los empresarios solían tomar decisiones impulsados por los "animal spirits", es decir, por el temple animal, o más claro, instinto animal. No razonan sino que se lanzan a la aventura. Tienen arrebatos de pasión y no  razonan. Afortunadamente.

El éxito de Akerlof se enmarca dentro de la tendencia de los últimos tiempos en la que la economía se interpreta desde una óptica irracional: de ahí el éxito de "Freakonomics" o "El economista camuflado", otros libros que nos dan explicaciones absurdas y divertidas, siempre originales. En unos tiempos en los que la macro no sirve para prever crisis como la actual, los argumentos irracionales son acogidos con más simpatía.

Un detalle: el subtítulo de su libro es "cómo la psicología humana dirige la economía".

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