OPINION

Avatar: el cine nunca visto

La semana que viene se estrena oficialmente en todo el planeta la película que va a sacar a la industria del cine de su abismo. Se llama "Avatar". Está dirigida por James Cameron, el director de Titanic. Ha costado 240 millones de dólares que se elevan a 500 millones si contamos con los gastos de marketing.

¿Cómo va a salvar esta cinta al cine?

En primer lugar porque es la primera cinta que se rueda con la moderna tecnología 3D (tres dimensiones), pero que incluye a actores de carne y hueso. También incluye animación por ordenador. Es decir, emplea las dos cosas. Ya se han estrenado muchas películas en 3D (con la nueva tecnología), pero lo llamativo de Avatar es que logra algo que no había logrado ninguna cinta de 3D hasta ahora: envolver al espectador como nunca lo ha hecho ninguna película de la historia. Al menos así lo han retratado los pocos críticos que han asistido a pases privados.

El hecho de ver una película en 3D ya supone dar un salto adelante en el cine. Eso es algo que han podido comprobar los que se han puesto las gafas especiales para ver en tres dimensiones, en las pocas salas adaptadas.

"Cameron ha evitado los viejos truquitos del 3D", decía el crítico de cine de The Telegraph. Se refería a esos trucos en los cuales "los objetos eran lanzados contra el espectador a gran velocidad". En este caso, la cinta de Cameron da otra sensación: "La de estar envuelto suavemente en un mundo donde cada hoja de un árbol parece como si pudiera ser tocada".

Para Hollywood esta cinta puede ser su salvación. Las salas de cine se están vaciando poco a poco debido a la piratería y a la manía de los jóvenes de ver pelis en sus ordenadores (ya ni siquiera en la televisión de salón porque eso significa estar con papi y mami, y no es plan).

"Avatar" conjuga todas las ecuaciones que, según los magos de esta industria, pueden crear un blockbuster, un superventas: ciencia ficción, historia de amor, nuevas tecnologías, nuevas sensaciones y James Cameron. Ah, y además, la mejor forma de disfrutarla es en un cine de 3D y con gafas especiales.

Cameron ha triunfado en casi todas las películas que ha rodado: desde Abyss, hasta Titanic. Por cierto, antes de estrenarse ésta última, muchos críticos dijeron que iba a ser su gran patinazo. Y sucedió algo que ni el propio Cameron se esperaba: once Oscars de la academia de cine y uno de los mayores taquillazos de la historia. Ayer fue la premiere en Londres pero las primeras opiniones tienen más que ver con los vestidos y el maquillaje de las actrices en el photocall que con la calidad de la cinta.

"Avatar" que en sánscrito es el nombre que se da a cada una de las reencarnaciones de una persona, narra la historia de un marine espacial que está lisiado. Los terrícolas quieren inspeccionar un planeta lleno de recursos naturales (muy adecuado tema ahora que se celebra la cumbre de Copenhague sobre el Cambio Climático), y para estudiar de cerca a los extraterrestres esos, deciden que el marine sufra una transformación genética y se convierta en uno de esos seres azules, es decir, le crean un avatar.

Los críticos han dicho que al principio, los seres azules sorprenden pero luego uno se acostumbra a ellos y se hace de su causa. Quizá ese es el mensaje que quiere transmitir Cameron.

Lo único cierto de esta película es que va a ser una de las emociones más fuertes que un espectador puede sentir en el celuloide desde que los hermanos Lumière proyectaron, por primera vez en la historia, las imágenes en movimiento de un tren: fue el 28 de diciembre de 1895, en el Gran Café del Boulevard des Capuccines de París. Aquello echó para atrás a los espectadores en sus asientos porque pensaron que se les venía encima la locomotora. Ahora pensarán que se les echan encima unos seres azules montados sobre aves aun más extrañas.

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