OPINION

De Wikipedia a Google: la multiplicación del saber (I)

La mitad de nuestro saber procede hoy de Wikipedia. La rapidez de respuesta de este portal de información enciclopédica ha desplazado los viejos tomos que descansan en nuestras estanterías (algunos en celofán, confiésenlo).

Wikipedia no es una fuente citable. Un periodista o un científico no puede ni debe citar esta enciclopedia digital,como tampoco antes de citaba a la Espasa o a la Británica en los trabajos científicos, en los ensayos o en los artículos periodísticos. Entonces, ¿para qué servían esos tomos inacabables? Era un resumen del conocimiento que servía de punto de partida.

Wikipedia es lo mismo pero más: además de ser un resumen, es un resumen actualizado. Me encanta revisar las enciclopedias caseras de los años cincuenta porque es como viajar en el tiempo: no se había descubierto el ADN ni habíamos pisado la Luna. A medida que pasan los años, se tornan inservibles pero entrañables. Ni siquiera su relato del pasado es útil porque cuando hablaban del origen del hombre, no han podido incluir al Australopithecus sediba, dado a conocer hace una semana. En cambio, ese homínido ya está incluido en Wikipedia.

La segunda cosa en la que Wikipedia supera a las enciclopedias antiguas es que sirve como trampolín: uno salta a un montón de artículos gracias a los enlaces, o a las referencias que aparecen el final, y que son las fuentes en las que se ha basado ese artículo de Wikipedia. Y eso a pesar de que Wikipedia ha sido acusada a veces de estar manipulada, o no ser fiable. Pero la inmensa mayoría de la gente confía en ella para conocer de primera mano acontecimientos cotidianos.

Por eso es la mitad de nuestro conocimiento actual.

La otra mitad es Google. Bueno, Google o cualquier buscador (ahora los llaman "empresas de publicidad")

Pones en la cajita de Google algo así como "homínidos" y te salen 149.000 artículos, desde la Wiki, hasta los últimos "abstract" (resúmenes) de los artículos científicos publicados en las mejores revistas del mundo. Podemos averiguar también cómo funciona un volcán, ver gráficos y videos, y escribir un artículo en un medio cualquiera, aparentando una sabiduría celestial. Todo ese impacto en la transmisión del conocimiento, acelera la transmisión del conocimiento, lo extiende y lo multiplica.

Los científicos descubren más cosas en menos tiempo gracias a estas fuentes de información. El conocimiento se alimenta a sí mismo, se regenera y se expande. Se podría aplicar la Ley de Moore a este fenómeno. La ley de Moore dice que cada 18 meses, la capacidad de los chips se duplica. Ordenadores más potentes, cálculos más rápidos, inventos más adelantados y baratos.

El conocimiento también está siendo influido por esta ley. Todos volcamos nuestra sabiduría en internet, y todos la tomamos de allí. ¿Qué pasará en una década? Pues que miraremos hacia atrás y veremos cosas que jamás soñábamos haber conocido: nuevas herramientas tecnológicas, nuevos teléfonos, nuevos televisores, sorpresas, inventos, descubrimientos... Y buena parte de ello gracias al conocimiento adquirido por internet: pensado y procesado tras la inmersión en  la laguna digital.

¿Es una exageración decir que el 50% de nuestro conocimiento procede de Wikipedia y el otro 50% de Google? Seguro que sí. Pero dentro de unos años a lo mejor no. Si todo el conocimiento está ahí, ¿para qué buscarlo en otro sitio?

Eso tendrá un impacto en las escuelas. Pero ese comentario lo dejo para mañana.

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