OPINION

Vean el significado de la palabra que usó Merkel

Un día antes de que Angela Merkel viniera a España, aposté que el gobierno español habría pactado con la diplomacia alemana alguna frase gloriosa de la canciller, algo que diera un espaldarazo a las reformas económicas. "Lo estáis haciendo fenomenal, chicos". Me imaginé eso. Bueno, quizá era demasiado porque en la diplomacia hay que medir mucho las palabras para no ofender. Y no era cuestión de ofendernos, por muy mal que hubiéramos organizado la economía en los últimos años.

Hablando semanas atrás con algunos diplomáticos, les pregunté si esas cosas se pactaban y me dijeron que sí. En estas Cumbres entre dos países, nada se improvisa. Unas palabritas de la canciller alemana sobre la economía española vendrían de perlas y seguro que estaban pactadas.

Pero jamás me imaginé que esas palabras serían las que todos leímos. "España está haciendo sus deberes y va por buen camino". ¿No sonaba esto a una frase demasiado provocadora? ¿Un maestro de escuela que le da palmaditas a su alumno? ¿Es que somos alumnos?

Para confirmarlo, busqué la transcripción en alemán y encontré que la canciller dijo algo incluso más duro: "Spanien hat seine Hausaufgaben jetzt wirklich gemacht, und deshalb glaube ich, dass Spanien auf einem sehr guten Weg ist".

He puesto en negrita la palabra Hausaufgaben porque no significa deberes en el sentido general, sino los deberes que hacen en casa los niños aplicados: las tareas del cole. La declaración es sin duda la de alguien que nos ha hecho un examen y nos ha dicho "muy bien, niños".

Era mucho más duro de lo que yo esperaba.

Pero la prensa española (al menos la más conocida a escala nacional) no destacó que nos tratasen así: los editoriales fueron sobre si era un chaparrón al gobierno, o si era hora que alguien nos pusiera firmes.

Nadie criticó el trato, algo que desde el punto de vista de la soberanía tiene algo de humillación.

El gobierno respiró con alivio porque era justo lo que esperaba.

Los españoles deberían meditar sobre hasta qué punto estamos por los suelos para que nuestra diplomacia sea capaz de soportar esas declaraciones sin molestarse.

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