OPINION

El complejo español de no saber inglés

bandera_inglesa
bandera_inglesa

Una persona que ocupó un cargo importante en el Gobierno me confesó que nuestros representantes se mueven torpemente en los círculos internacionales porque no saben inglés. Se nota: con algunas excepciones (la ministra Salgado y pocos más), no sabemos inglés.

Eso es como si nuestros diplomáticos y negociadores no hubieran sabido francés en el siglo XIX. Es más, en aquel siglo es seguro que nuestros representantes hablaban mejor el idioma internacional (el francés) que hoy.

La pregunta es cuánto nos ha costado. Cualquier emprendedor sabe que, si quiere hacer negocios a escala internacional, no basta con dos cursos y tres fines de semanas intensivos de inglés. No basta con unas vacaciones en Reino Unido. Si uno no es bilingüe, tiende a olvidar el idioma extranjero. Y cuando no se habla bien, nos entra el complejo de inferioridad y estamos en peores condiciones para negociar.

¿Cuánto nos ha costado eso en las negociaciones de alta política? ¿Cuánto le ha costado a nuestros empresarios en contratos mal negociados?

Los periodistas españoles tampoco nos libramos. No es lo mismo mantener una conversación con un empresario, un actor o un músico en buen inglés, que hacerlo con preguntas preparadas de antemano. Nos perdemos muchos detalles. Y la otra persona lo nota. No dice lo mismo. No llegamos a compenetrarnos con el entrevistado. Y cuando hay ruedas de prensa internacionales, los periodistas españoles casi tenemos que ir con el diccionario. Nos recluimos en una esquina, acomplejados de no saber inglés.

Es una de las revoluciones pendientes. La educación en idiomas.

Aprender idiomas, o mejor dicho, aprender inglés es muy difícil. A pesar de que parezca fácil, no lo es. Hay que practicarlo constantemente. Leer diariamente libros o prensa en ese idioma. Dialogar. Recordar las palabras aprendidas.

Cuando realicemos ese cambio, perderemos el complejo de inferioridad. Es uno de los pocos complejos que nos debemos quitar, ahora que España ocupa un lugar destacado entre las economías mundiales a pesar de la crisis. Pero requiere un enorme esfuerzo. Un esfuerzo que vale la pena más que nunca.

.

Mostrar comentarios