OPINION

'Inside Job' lo dice alto y claro: era pura codicia

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Vi este fin de semana el documental "Inside Job" (algo así como "Un trabajo desde dentro") de Charles Ferguson. Es la crisis financiera contada por muchos de sus protagonistas. Otros no quisieron aparecer en el documental, pero Ferguson los cita, o reproduce frases de ellos.

Resumen: hubo un montón de gente del mundo de las finanzas que se lucraron escandalosamente y a sabiendas, de operaciones gigantescas montadas por ellos. Esas operaciones estaban basadas en comprar lo incomprable, en revenderlo, y en sacar tajada.

El documental se centra en los CDS, un seguro que en principio no tiene nada de nocivo. Tú compras un bono y luego, pagas un pequeño seguro por si quien te ha vendido ese bono no te puede devolver el dinero. Pero ¿qué pasa cuando una persona compra un CDS sin tener el bono? Está especulando con la posibilidad de que justamente no se devuelva el dinero. Es como comprar el seguro del automóvil de tu vecino y apostar a que tenga un accidente. Así tú cobras la indemnización.

Los chicos y chicas de Wall Street se hacían más ricos, y se gastaban ese dinero en coches, yates, sexo y drogas.

Lo más chocante del documental es ver cómo muchas de esas personas que desfilan ante las cámaras se quedan mudas ante las preguntas de por qué hacían eso, o piden al director de cine que detenga la camara. Otros justifican con sangre fría la depredación.

El director del FMI, el francés Dominique Strauss-Kahn, cuenta un caso que le sucedió cuando viajó a EEUU: cuando se reunió con los ejecutivos de Wall Street, después de la explosión de la burbuja, muchos de ellos le dijeron: "La verdad es que ustedes (las autoridades) tienen que regularnos porque somos muy codiciosos". Tal cual.

En el fondo, llo que sucedió es que muchos de ellos presionaron durante años para que no hubiera leyes que detuvieran esas operaciones. Para que se desregulara el sistema financiero. Y causaron ese desastre. Y lo peor es que muchos de ellos siguen en sus puestos, o peor aun ahora trabajan para el presidente Obama.

Cuando escribí un libro sobre esta crisis financiera, barajé varios títulos. Uno de ellos fue "La Edad la Codicia". Éste último era el adecuado pero al final salió uno más triste titulado: "La crisis explicada a sus víctimas" porque el distribuidor de libros afirmaba que los titulos negativos no vendían. Vaya.

Era codicia. Lo que sucedió era pura y simple codicia. El diccionario define la codicia como "afán excesivo de riquezas".

Nos excedimos todos también, comprando casas por encima de nuestras posibilidades, o coches que sobrepasaban nuestra capacidad de endeudamiento.

Y ahora todos estamos pagando ese exceso. Pero mientras los que provocaron esta bola de nieve se hicieron ricos siguen ahí sin que se les haya tocado un pelo, los tontos estamos aquí pagando poco a poco nuestra deuda. Y no me refiero a Wall Street sino a España.

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