OPINION

No es el pepino, es la marca España

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Has bastado dos semanas para causar un descalabro de nuestra mejor imagen exportadora: las hortalizas. España es una potencia hortofrutícola, y en pepinos, potencia mundial.

No es que el pepino sostenga la economía española pues su facturación anual es muy pequeña comparada con el PIB. Se habla de unos 200 o 300 millones de euros. El daño ha sido mucho más amplio pues ha afectado a la imagen de España como productora de hortalizas. A la marca España. No somos conocidos a escala mundial por nuestros vehículos ni nuestros satélites: pero sí por nuestro campo. Y ahora esa imagen está golpeada. Una viñeta en un diario inglés mostraba cómo la OTAN bombardeaba eficazmente a las tropas de Gadafi en Libia: con pepinos españoles. Se veían cayendo de un avión un montón de esas hortalizas con nuestra bandera.

Si un consejero de la comunidad autónoma de Murcia hubiera salido diciendo que los coches alemanes explotan, o que las aspirinas Bayer son venenosas, se habría armado un escándalo de dimensiones imponderables. Y si hubiera añadido fotos de muertos o de enfermos en hospitales (aunque fueran de accidentes comunes o de gripes), se habría convertido en un ataque a la industria alemana. Habría cundido el pánico entre los clientes de estos productos.

Pero nadie en España hace esas burradas antes de comprobarlo.

La consejera alemana de salud Cornelia Prüfer-Storcks, que acusó a los pepinos españoles de ser los causantes del brote que mató a tantas personas e hizo enfermar a miles, ayer volvía a decir lo mismo: que pondría en alerta a los consumidores sobre los pepinos españoles.

O sea, una vez que ya las autoridades alemanas han admitido que el foco estalló en unos brotes de soja alemanes, la consejera de Salud de Hamburgo insiste en echarnos la culpa.

Una de dos: o la echan, o España debería iniciar un proceso ante los tribunales europeos.

Además, el mal no solo se lo está causando a la hortaliza española sino a sus tiendas alemanas pues en estos días aparecieron pintadas contra los supermercados Lidl. Esta cadena alemana anunció que retiraba los pepinos españoles y no compraba más. Claro, eso era cuando las infundadas sospechas caían sobre los pepinos españoles. Y ahora que recaen sobre hortalizas alemanas, ¿anunciará que no venderá más productos alemanes? Una gran parte de sus productos son de origen alemán, desde vinos, hasta yogures. ¿Se boicoteará a si misma?

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