OPINION

Patronal y sindicatos preparan regalos para Rajoy: pactos en absentismo, convenios y FP

Fecha: 6 de enero. Es el límite que ha propuesto Mariano Rajoy para que los dos sindicatos y la patronal le presenten un acuerdo general.  Y al parecer, el presidente de Gobierno se encontrará con algunos regalos que le van a gustar. "Nosotros ya lo denominamos el oro, el incienso y la mirra", dice una fuente cercana a las negociaciones.

¿Y cuáles son esos regalos que están casi empaquetados?

Absentismo: las bajas laborales serán supervisadas por las mutuas, no por la Seguridad Social. Con ello se controlaría el absentismo laboral, es decir, las falsas enfermedades encubiertas en la apariencia de bajas médicas. El absentismo supone una pérdida ingente en horas de trabajo para las empresas. Un estudio de AON indicaba en 2010 que se perdían casi 10.000 millones de euros al año.

"Una de las cosas que está ayudando al entendimiento de empresas y sindicatos es que los accidentes laborales han disminuido a causa de la crisis", afirma una fuente sindical. Se debe a que el sector de la construcción, ahora deprimido, ya no registra afortunadamente  tantos accidentes como antes. "Entre eso y la supervisión de las bajas por las mutuas, se podría bajar las cotizaciones sociales en 1,5 puntos", añade esta fuente.

Convenios: la patronal y los sindicatos seguramente presentarán un acuerdo general para prolongar la negociación colectiva. Recordemos: hace tres años se cerró un convenio que aumentaba progresivamente los incrementos salariales: el primer año muy poco, y el tercero, entre un 1% y un 2%. Ese acuerdo se extingue este año, pues se pensaba que ya habríamos salido de la crisis.

Lo más probable es que patronal y sindicatos lo renueven. Comenzaría con  ningún incremento salarial el primer año, para subir moderadamente en los próximos dos años. Sería prolongar la negociación colectiva hasta 2015. Además, hay muchas posibilidades de que los convenios sectoriales ya no dependan de una negociación colectiva nacional, sino del acuerdo en cada empresa.

Formación Profesional: hasta ahora, las cuotas que salen de las nóminas de los trabajadores se gestionaban mediante un modelo tripartito: gobierno, patronal, sindicatos.  Ahora, se podría dar la oportunidad a otras empresas de formación como academias privadas (Adams, CCC), a recibir parte de ese presupuesto. Se trata de dar más libertad a las empresas para invertir las cuotas destinadas a FP.

Indemnización: es la parte más peliaguda. Ahora se ofrecen 20 días por año trabajado a aquellas personas que sufran un despido procedente. Se eleva a 45 días, en los improcedentes. Y hay una tercera vía, que consiste en dar 33 días por año trabajado si se despide a una persona incluida en programas de Fomento del Empleo (incluye a jóvenes hasta 29 años, parados de larga duración, minusválidos y mujeres).

Los empresarios desean el modelo austriaco. Consiste en un fondo de dinero, que el trabajador acumula a medida que pasan los años, y que no se pierde aunque cambie de empresa voluntariamente. Lo puede cobrar cuando sea despedido o incluso al final de su vida laboral.

La pregunta es quién alimenta de dinero a ese  fondo. Una de las posibles salidas es sacarlo de otras partidas: por ejemplo, del 0,5% que las nóminas de los trabajadores destinan para el Fogasa (Fondo de Garantía Salarial, que es el que se usa cuando una empresa quiebra y no tiene dinero para responder a los salarios). No tendría sentido continuar con el Fogasa si entra en vigor el modelo austriaco. Otra vía de financiación puede ser los 1,5 puntos que el estado se puede ahorrar cuando disminuya el absentismo laboral. "Sumadas esas cifras, darían 2 puntos de la masa salarial que se puede destinar para crear ese fondo austriaco", dice una fuente.

Hasta ahora, todo indica que los empresarios y los sindicatos se pondrán de acuerdo en absentismo, convenios, y FP antes del 6 de enero. "Por ahora las negociaciones van bien", afirma una fuente sindical. No está tan claro en el caso de las indemnizaciones.

Los sindicatos temen que al presidente de la patronal, Juan Rosell, le presionen desde el ala dura de la CEOE para no ceder nada a los sindicatos. Según ellos, los empresarios quieren que Rajoy imponga medidas más duras por decreto ley. Entonces, todo saltaría por los aires.

Pero los sindicatos confían en que Rajoy prefiera negociar a imponer. "Es más negociador", afirma la fuente sindical. Pero si lo hace por decreto, puede tener manifestaciones sindicales a la vuelta de la esquina".

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