Madrid ha perdido. Hay que tomárselo con la misma deportividad que la de los atletas que pierden en los Juegos Olímpicos.
Pero muchos se alegraron. Estamos en crisis, es un gasto superfluo, no hay que intentarlo más...
Estos son los argumentos contra esas críticas.
1.- Los Juegos no son simplemente gasto en instalaciones. Se gasta en la formación de atletas. El magnifico Centro de Alto Rendimiento que se creó para Barcelona 1992 ha servido para preparar a atletas que luego han realizado proezas mundiales: desde Rafa Nadal a Mireia Belmonte han salido de allí. Se les da una formación completa, atlética y educativa. Es un modelo que se ha copiado en el resto de España y en otros países. Gracias al CAR y al esfuerzo deportivo, España obtuvo 22 medallas. Fue el sexto país en medallas de oro. Nunca en la historia de los JJOO ha obtenido ese número de galardones.
2. Barcelona intentó ser sede de los JJOO para tres convocatorias, sin tener éxito: 1924, 1936 y 1940. Ganó al cuarto intento.
3. España atravesaba una larga crisis de 10 años en 1986, cuando Barcelona fue elegida ciudad olímpica: paro, inflación, atentados de ETA... Los tipos de interés eran del 16%. Había sonados casos de corrupción. Y desde luego, no existía la protección social que existe ahora.
4. Los JJOO suponen poner a las ciudades menos conocidas en el mapa del mundo. Barcelona consiguió hacer marca-ciudad (como ahora se habla de Marca España), y se añadió a la lista de viajes turísticos debido al gran recuerdo que había generado en los atletas que volvieron a sus países, y a la retransmisión mundial. Es muy difícil calcular el retorno, pero se habla de 7.000 millones de euros.
5. No se arreglan los problemas políticos, sociales y económicos con unos Juegos. Pero son, con el fútbol, el mayor encuentro de la concordia mundial; y las sedes que lo organizan, ganan en prestigio.
6. No solo los atletas se preparan para los JJOO: todo el país vive durante los años previos y posteriores, un estado de ánimo prodeportivo que redunda en una vida sana, y menos achaques en el futuro.
(Por cierto, cuando se organizaron los Mundiales de Fútbol 1982 en España, ¿hubo muchas quejas? Aquello sí era crisis, pero, claro, el fútbol...)
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