OPINION

Revolución en la educación: adiós a las clases

Paloma-Noyola-Bueno-Steve-Jobs
Paloma-Noyola-Bueno-Steve-Jobs

El caso de Paloma Noyola Bueno, 12 años, está asombrando a la comunidad educativa. ¿Es que nos hemos equivocado de modelo?

Esta es la secuencia: cuando empezó el curso escolar de 2011 en la escuela José Urbina López situada en Matamoros, México, uno de los profesores decidió que no iba a dar más clases.

Iba a dejar que ellos se dieran la clase.

Sergio Juárez Correa se había pasado un buen tiempo navegando en internet y de repente se dio cuenta de que estaban corriendo nuevas teorías educativas. En un mundo conectado a internet donde el acceso a la información es tan fácil, no tenía mucho sentido sentarse delante de la clase y repetir las lecciones establecidas por el Ministerio de Educación.

¿No era mejor que los chicos descubrieran el conocimiento?

Eso era lo que estaba haciendo un profesor indio a miles de kilómetros de Matamoros. El profesor Sugatra Mitra había puesto un ordenador en un barrio pobre en una ciudad en la India y sin decirles nada, dejó que los niños trastearan.

Los niños que no sabían inglés, ni tenían idea de informática, comenzaron a jugar con el trasto y al cabo de unas semanas ya sabían navegar. Aprendían curioseando y ayudándose unos a otros.

Mitra dio un paso más, y les conectó via Skype con unas abuelitas en Gran Bretaña que tenían mucho tiempo libre y que estaban encantadas de enseñar inglés a los niños indios.

http://youtu.be/pqoruTqMiUc

El resultado fue que estos niños incrementaron poderosamente su grado de conocimiento gracias a una clase sin clase. O digamos, gracias a que el conocimiento estaba en la nube y que ellos lo habían descubierto.

Lumbrera en matemáticas

El caso de Paloma Noyola era parecido. Vivía en un pueblo muy pobre en la frontera de México con EEUU.  Ir y venir al colegio supone atravesar zonas de aguas fétidas  y pasar junto a cadáveres de los tiroteos.

Su padre se pasaba el día en la calle rebuscando en la basura para encontrar algo vendible. Un día murió de cáncer de pulmón.

Cuando el profesor le dijo a Paloma y a sus compañeros que podían imitar a otros niños del mundo que memorizaban muchos números pi o escribían sinfonías, y que estaban aprendiendo a través de internet, ellos se dieron cuenta de que en su colegio la electricidad fallaba y apenas contaban con unos trastos informáticos.

Pero Juárez Correa les dijo que tenían potencial para convertirse en los mejores alumnos del mundo.

De modo que el profesor ideó una serie de ejercicios para que los chicos lo resolvieran en grupo, debatiendo, o casi como si fuera un juego. Eran ejercicios matemáticos o de geometría. Y quien más destacaba era una chica llamada Paloma Noyola.

Tomando el control

A medida que el profesor se retiraba de la enseñanza tradicional, los alumnos tomaban el control de su propia educación, y quien más lo hacía era Paloma. Lo curioso del caso era que muchas dudas que tenían los alumnos, y que eran tan sencillas de resolver mirando en Google, no se podían resolver de forma inmediata porque no había ordenadores a mano.

Entonces, el profesor se iba a su casa, lo tecleaba, y al día siguiente volvía con la respuesta.

En junio de 2012 tuvieron lugar las pruebas nacionales de nivel. Solo hubo una estudiante en todo el país que llegó a la nota más alta en matemáticas. 921 puntos. Fue Paloma Noyola.

La vida de Paloma cambió, por supuesto. Viajó a Ciudad de México, estuvo en la TV, consiguió un ordenador y una bicicleta.

Y apareció en la portada de Wired, la revista de tecnología más importante de EEUU (ver foto). A partir de ahí, la prensa del mundo entero se enteró del fascinante caso de Paloma, ¿la próxima Steve Jobs?

Revolución educativa

Este resultado ha dado alas a un movimiento educativo que no es tan nuevo como parece.

En realidad, es un método basado en la forma de enseñar de Sócrates (mediante preguntas que hacen descubrir el conocimiento), o los métodos Montessori, Pestalozzi y Piaget que animan a los estudiantes a descubrir jugando.

Es como invertir el flujo del conocimiento, y en lugar de ir del profesor al alumno, saliera del propio alumno, que busca la sabiduría animado por un mentor.

"Esa es la razón por la que una nueva ola de educadores, inspirados por muchas cosas que van desde internet hasta la psicología evolutiva, la neurociencia y la Inteligencia Artificial, están inventando nuevos y radicales métodos para que los niños aprendan, crezcan y mejoren", dice la revista Wired. "Para ellos, el conocimiento no es una materia prima que es entregada por el profesor al alumno sino algo que emerge de la propia búsqueda de los estudiantes impulsada por la curiosidad. Los profesores no dan respuestas sino sugerencias (estímulos), y se apartan a un lado, de modo que los estudiantes pueden enseñarse a sí mismos y al otro".

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