OPINION

¿Debe fiarse el papa de una auditora que no previó la crisis?

papa auditora
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El papa Francisco ha pedido que la firma Ersnt & Young audite las cuentas del gobierno del Vaticano.

Un ejercicio de transparencia. Pero, ¿significa eso que las cuentas han caído en buenas manos? Supongo que alguien le habrá dicho al papa el reciente historial de las firmas de auditoría.

1. Las grandes firmas auditoras no previeron la crisis.

2. Las firmas auditoras no son del todo imparciales porque hacen informes a quienes les pagan.

3. Las firmas auditoras negocian con sus clientes el informe final.

4. La mayor firma auditora del mundo, Arthur Andersen, fue borrada del mapa en 2002 por el gobierno de EEUU por no haber presentado las cuentas claras de Enron, un fiasco financiero de gran calibre. Muchos ahorradores perdieron su dinero.

5. En España, Deloitte está bajo sospecha por haber auditado y aprobado las cuentas de Bankia sin detectar nada sospechoso.

6. EEUU domina  esta industria. De los cuatro auditores externos más famosos,  Ernst & Young, PriceWaterhouse y Deloitte son de EEUU. En KPMG hay firmas europeas  y norteamericanas.

Los auditores hacen la ITV de la empresa. Puede gustar o no, pero en las sociedades desarrolladas se necesita que alguien supervise las cuentas de una empresa, especialmente las que cotizan en Bolsa. Y diga si está sana, enferma o puede contraer un bacilo en el futuro.

Estas son las palabras clave del informe final del que deberá estar pendiente Francisco:

Informe limpio: no hay nada que resaltar. Todo está correcto.

Informe con Salvedad: un pequeño desliz subsanable.

Informe con Reserva: hay detalles preocupantes, pero se pueden arreglar.

Informe desfavorable: ha encontrado algo malo en las cuentas. Preocupante.

Limitación al alcance: el auditor no ha podido manejar toda la información.

Opinión denegada: alerta roja porque la empresa no ha facilitado información fundamental.

Los españoles conocieron por primera vez lo que era una auditoría cuando el Grupo Rumasa se negó a ser sometido a una auditoría completa, auditoría que pedía el Gobierno para que demostrase si era una empresa fiable.

Esa limitación al trabajo de los auditores precipitó su intervención. Era 1983.

En resumen, una auditoría es un signo de transparencia. De fiabilidad. Y a pesar de que han cometido muchos errores, no podemos vivir sin ellas. Ni siquiera el Vaticano.

 @ojomagico

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