OPINION

Por qué los españoles ven con tanta simpatía la sanidad pública

La "marea blanca" vuelve a reivindicar una sanidad pública en Madrid
La "marea blanca" vuelve a reivindicar una sanidad pública en Madrid
Miles de personas, muchas de ellas ataviadas con las batas blancas que lleva el personal médico, se concentraron el domingo en el centro de Madrid contra el plan del Gobierno autonómico de privatizar seis hospitales públicos y un 10 por ciento de los c

Entrevisté hace poco más de un año al director de Sanitas encargado de la red de hospitales. Algunos de esos hospitales como el de Manises o Torrejón son públicos pero con gestión privada.

La mayor parte de los pacientes ni lo sabía. Y no se quejaban. ¿Significa eso que la gestión privada es mejor que la pública? En el caso de los hospitales, después de leer cualquier informe, uno saca la conclusión de que no hay una regla de oro. Hay hospitales públicos bien gestionados por organismos públicos, y otros bien gestionados por la iniciativa privada.

Sin embargo, en el inconsciente colectivo español, sin importar la ideología, la sanidad pública goza de muy buena fama. Los españoles, tan críticos con otras cosas, se sienten orgullosos de su sanidad. Es tan buena, que casi nadie la discute.

Una prueba es el Samur: estas unidades de atención rápida que van en enormes furgonetas están compuestas por médicos con alta preparación. Su rapidez es asombrosa, como cualquier madrileño ha podido comprobar. Y es un servicio público apreciado por los madrileños.

Es algo que no han entendido bien los políticos, aunque tengan la intención de aumentar la eficiencia. Cuando le pregunté a este ejecutivo de Sanitas si se daba cuenta de eso, me contestó:

"La sociedad no entiende lo que está pasando. La administración nos da la gestión pero luego la supervisa todo el tiempo. Se ha dado un gran paso gracias a políticos valientes. Es una de las salidas a la sostenibilidad  de la sanidad pública".

Quien no lo entendía era él. A pesar de su gestión, que no discuto, las palabras "sanidad pública" son un talismán casi sagrado. Intocable. Digno de reverencia. Es lo mismo que cuando se habla de "mineros asturianos ", "recolectores de fresa de Huelva", o "pequeño comercio".

En el inconsciente colectivo se tiene en alta estima al sistema público de salud, y por eso, la marea blanca y las manifestaciones que se oponían a la privatización en Madrid contaban con más apoyo popular del que pensaba la comunidad de Madrid, incluso apoyo del electorado conservador.

Todo esto es un poco contradictorio porque luego, muchos españoles se van a la sanidad privada para disfrutar de habitaciones privadas y especialistas que les atienden al momento.

Pero siguen apreciando lo público.

Basta con ver las encuestas periodicas que se hacen en España sobre los colectivos más valorados, para comprobar que en las cotas más altas están los maestros, las fuerzas del orden y el personal de sanidad. Los españoles piensan que eso da estabilidad y solidez a la sociedad. Cualquier intento de cambiar el estatus chocará con la oposición colectiva.

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