OPINION

Piratas de libros: no hemos cambiado en siglos

quijote dore 1
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Horas después de que Mario Vargas Llosa lanzara en 2010 su novela El sueño del celta ya estaban las copias pirata en los mercadillos de Lima y a un tercio del precio de cubierta de la edición legal.

La piratería de libros es una de las mayores preocupaciones de la industria editorial y de los autores. Surgen copias digitales de libros minutos después de que estos libros hayan sido lanzados por sus editoriales a los mercados. Algunos piratas se jactan incluso de su rapidez.

Pero la piratería no es nueva.  La invención de la imprenta, hacia 1450 también vio crecer el negocio de los impresores piratas por toda Europa. Cuando se enteraban de que una obra tenía éxito, los impresores la copiaban sin rubor diciendo que el conocimiento era "un beneficio de la humanidad" o 'un Don de Dios'.

A partir de 1421 eso cambió cuando se estableció la primera patente sobre la propiedad intelectual de las obras escritas o derecho de autor en 1486 al humanista Marcantonio Sabellico por una hisotira de Venecia.

Y al final, los reyes concedían cartas de protección o privilegios a los autores para proteger sus obras de los plagiarios.

Una de las luchas más frustrantes de Cervantes y de su impresor, Juan de la Cuesta, fue conseguir privilegios reales para tener la exclusiva de la edición de sus obras en España. Pero los piratas siempre iban por delante. Por ejemplo, Cervantes consiguió privilegios para Castilla para su primer Quijote. Pero el mismo año en que salió la primera edición del Quijote ya estaban circulando varias copias piratas: una en Portugal y otra en Valencia.

Entonces Cervantes tuvo que ampliar los privilegios a la Corona de Aragón y a Portugal para evitar las copias piratas.

Hoy, internet equivale a la imprenta en el siglo XV. Pero de nada valen los derechos de autor. Se piratean libros a los pocos días de salir de la imprenta. Las editoriales están frustradas porque no han conseguido mitigar el daño, igual que Juan de la Cuesta no sabía cómo combatir las impresiones piratas del Quijote.

No hemos cambiado en siglos.

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