OPINION

Los elogios debilitan, pero ¿debemos ocultar que somos una potencia?

rajoy australia
rajoy australia

Hace unos días, España estuvo en la fotografía de la cumbre del G-20, las naciones más potentes de la tierra desde el punto de vista económico. Fue en Brisbane, Australia. El primer ministro de ese país estaba tan emocionado con España que dijo públicamente: "Gracias por el buen ejemplo que dais al mundo". Rajoy fue invitado a dar un discurso para explicar en qué radicaba ese éxito.

Poco antes, a principios de noviembre, el Foro Económico de Davos afirmó que España ocupa la novena posición del mundo en infraestructuras. Este foro decía que las infraestructuras son la base del crecimiento económico.

Cada vez hay más instituciones o destacadas personas de la vida económica que elogian a España como el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, y muchos más.

Pero como todavía no nos lo creemos, se añaden artículos de análisis que nos dan un chute de confianza. El último lo leí en una web para pymes llamada basepyme, titulado "¿Dónde se sitúan España y sus empresas en el mundo?". No solo somos una potencia en infraestructuras, sino en exportación, en mano de obra cualificada y en oportunidades de inversión, dice el artículo.

Entonces, me acordé de una serie de declaraciones sobre los 'elogios' deportivos que han surgido en la prensa en los últimas días. Una de ellas era de Luis Enrique, el entrenador del Barcelona, y otras de Marc Márquez, campeón del mundo de Moto GP: "El elogio debilita", decían ambos.

Es verdad. Es automático. Cuando nos elogian mucho, bajamos la guardia y rendimos menos. Nos lo creemos, como dice Marc. Nos embargamos de satisfacción y pensamos que con eso basta. Es tan delicioso recibir elogios... y descansar.

No voy a tirar cohetes para decir que somos 'estupendos de la muerte'. La cola del paro sigue en el 24%. Hay muchas familias viviendo al límite y más allá, como demuestra Caritas.

Pero tampoco voy a negar una realidad. Después de la crisis más calamitosa de la reciente historia, España no se ha arruinado, sigue ahí entre los grandes y está creciendo.

Nos merecemos un homenaje. Seguimos siendo una gran potencia. Espero que eso sirva para animar a los que están decaídos.

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