¿Están las aplicaciones matando a la web?

Respondan a la siguiente pregunta: ¿cuánto tiempo se la pasan usando aplicaciones en sus móviles?

Me refiero a esas apps que nos dan el tiempo meteorológico, que nos reservan mesas en restaurantes, y sobre todo, que nos permiten chatear con otras personas como WhatsApp.

Me refiero a esas apps con las que consultamos el correo, LinkedIn o Facebook. Incluso a esas aplicaciones para entrar en Google o Twitter.

Según la consultora Flurry, los norteamericanos emplean el 86% de su tiempo de uso de móvil usando aplicaciones. Solo el 14% del tiempo se emplea para  entrar en la web por alguna app como Chrome, Safari o Mozilla.

Por esa razón, un artículo reciente de The Wall Street Journal se titulaba. "La web se muere y el asesino se llama app".

Cuando leí el titular del artículo, me produjo una súbita revelación. Miré mi móvil y comprobé que tenía casi 100 aplicaciones: desde una que me permite conocer a qué hora llega a Barajas cualquier vuelo del mundo, hasta otra con una radio por internet o una con podcast de cursos de idiomas.

Pasamos cada vez más tiempo con dispositivos móviles como teléfonos inteligentes y tabletas, que con ordenadores de sobremesa o portátiles. La culpa es la comodidad: es más fácil consultar un móvil o una tablet en metro, en el autoús, en el sofá  o la cama.

Y cuando lo hacemos, entramos en alguna aplicación antes de ir directamente a abrir un navegador. Sin duda, la app está matando a la web.

Como el mundo está girando sobre esos cuadraditos, un montón de técnicos y cerebritos se pasan el día tratando de inventar la app que les sacará de pobres. Hasta hay webs donde cualquier persona, usted mismo, puede diseñar un app y pensar que ha dado con un décimo de Lotería.

La mala noticia es que la mayoría de esas aplicaciones tiene una corta vida. No triunfan. Su mortandad es muy elevada.

La otra mala noticia es que las aplicaciones son puertas de entrada. ¿Qué quiere decir esto? Pues algo tan sencillo que cuando usamos la web abriendo a través de Chrome, Firefox o Safari lo hacemos sin puertas de entrada. Cualquiera puede mostrarnos su página web. Podemos escudriñar el mundo.

Pero las apps no son un mundo abierto: muchas son de pago. Además, en el caso de las apps que se ven en los iPhone, Apple se queda un 30% del negocio. Nada de eso sucede en la web abierta y por eso, algunos expertos opinan que las apps van en contra del espíritu de internet.

Pero parece que son el futuro.

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