OPINION

Las promesas de Syriza, la izquierda griega, son golosas pero, ¿de dónde sacará el dinero?

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lainformacion.con publicó un claro resumen de las promesas de Syriza, el partido de izquierdas de Grecia que podría ganar las elecciones anticipadas el próximo día 25. He aquí los puntos más importantes que he recogido de esa  y otras informaciones (en la foto Alexis Tsipras, líder de Syriza).

-Subida del salario mínimo hasta los 751 euros.

-Utilizar los edificios del gobierno y la banca para alojar a las personas sin hogar.

-Poner en marcha comedores en los colegios públicos para ofrecer desayuno y almuerzo gratuito a los niños.

-Ofrecer ayudas de hasta el 30% de sus ingresos para las familias que no pueden afrontar sus hipotecas.

-Cupones de alimentos para 300.000 familias pobres.

-Rebajas fiscales para los productos de primera necesidad.

-Crear 300.000 puestos de trabajo en el sector público y privado.

-Abolición de los privilegios de los parlamentarios.

-Atención médica gratuita para todos los griegos.

-Someter a referéndum vinculante los tratados europeos.

-Disolver la policía antidisturbios.

-Garantizar los derechos humanos en los centros de detención de inmigrantes.

-Facilitar la reagrupación familiar.

-Salir de la OTAN y cerrar las bases extranjeras en Grecia.

-Hacer una auditoría a la deuda pública y dejar de pagar parte de ella.

Algunas de esas promesas son muy golosas, como los cupones de ayuda familiar, la sanidad universal, la creación de puestos de trabajo... Otras son discutibles como salir de la OTAN ahora que tenemos a los grupos islámicos terroristas al otro lado del mar; y otras son impracticables como disolver la policía antidisturbios.

Pero no pretendo discutir las promesas, sino plantear algo que es más importante: ¿de dónde sacar la pasta?

Por la vía de los ingresos (o recorte de gastos), Syriza propone lo siguiente:

-Subir el impuesto de la renta hasta un 75% a los que ganan más de un millón de euros.

-Aumentar los impuestos sobre las grandes empresas a la de la media europea.

-Aprobación de un impuesto sobre las transacciones financieras y un impuesto especial sobre los productos de lujo.

-Supresión de los privilegios financieros de la Iglesia y de la industria de la construcción naval.

-Combatir el secreto de los bancos y la fuga de capitales al exterior.

-Recorte drástico de los gastos militares.

La pregunta es: ¿será eso suficiente para pagar la oleada de gastos sociales que Syriza quiere poner en marcha?

Voy a poner el ejemplo de Venezuela: el gobierno de Hugo Chávez empezó creando una serie de programas sociales que pocos venezolanos ponen en duda. Alfabetización, asistencia médica en barrios pobres, ayudas a la vivienda, mercados populares con precios controlados...

El problema es que fue subiendo el nivel de gastos y aumentó la plantilla de empleados públicos, creó nuevos ministerios y departamentos (hay más de 30 ministerios), subvencionó la factura de la luz de los más necesitados, regaló casas, hasta que llegó un momento en que se quedó sin dinero.

Literalmente sin dinero.

Cuando te quedas sin dinero es cuando pierdes soberanía. Los mercados se hacen dueños de tu economía porque los necesitas para seguir financiándote. Te endeudas.

Ahora que el petróleo ha caído de precio un 50% en seis meses, el gobierno de Venezuela está prácticamente en bancarrota. Tiene demasiados compromisos sociales que no puede pagar, desde las nóminas de los empleados públicos hasta las subvenciones a las facturas de la electricidad.

Y ¿saben lo que ha pasado? Que le ha pedido a Goldman Sachs que compre unos bonos de deuda pública que valían 4.000 millones de dólares. ¿Saben por cuánto? Por 1.750 millones, con lo cual Goldman Sachs sacará una inmensa ganancia. Es lo mismo que pasa con esos créditos rápidos con los que pedimos 3.000 euros para salir al paso, pero luego tenemos que pagar un interés del 20%.

Por eso, al final el pueblo acaba teniendo la percepción de que los partidos de izquierda arruinan a las economías, y los de derechas las enderezan. No es una cuestión de mala fe (si nos ponemos exquisitos) sino de exceso de confianza en tu buena fe.

En España sucedió con el periodo de Felipe González y con el de Zapatero, cuando la economía quedó casi en la ruina. Y el primer gobierno del PP les tocó el papelón de enderezar el país mediante recortes y estímulos. Al de Rajoy le está pasando lo mismo.

Si Syriza no logra captar dinero internamente para financiar esos gastos, no tendrá más crédito externo para continuar. Pero esta vez puede poner en peligro no solo su recuperación, sino la de otros países europeos.

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