OPINION

Lecciones magistrales (y terribles) de una aplicación que nos cobra por reír

pay per laugh
pay per laugh

En 2013, el número de espectadores que acudía al Teatreneu de Barcelona cayó un 30%. La culpa era que las entradas habían subido de precio pues el IVA cultural había pasado del 10% al 21%.

Asustados (y cabreados) por esta sangría de espectadores, el grupo de actores de este teatro especializado en comedias socarronas y provocadoras, decidió recuperarlos regalando las entradas. ¿Y de qué iban a vivir los actores?

Teatreneu decidió resolverlo con la tecnología. Instaló delate de cada butaca un tableta con una aplicación sencilla: la de reconocimiento facial que ya funciona en muchas cámaras fotográficas y móviles.

La aplicación registraba las risas de cada espectador. Por cada carcajada les cobraba 0,30 euros. El máximo eran 24 euros, incluso más de lo que solía valer la entrada antes del hachazo del IVA. El sistema fue bautizado como pay per laugh (pagar por reír,  ver video aquí).

El resultado fue que Teatreneu recuperó a los espectadores y además se convirtió en una noticia. Noticia que dio la vuelta a España y al mundo. En su página web, la consultora Accenture (con 319.000 empleados) puso el caso del Teatreneu como un ejemplo de cómo aprovechar la tecnología digital para impulsar una empresa (Pinchar aquí y ver el pdf en página 35).

Para Accenture, esta es la prueba de que no se necesita ser una empresa de alta tecnología para beneficiarse de la tecnología. Y ese es el mensaje que nos está lanzando el mundo digital: las aplicaciones que están cambiando el ecosistema pueden tener impacto en todos los negocios. Desde Uber, la app que está sacudiendo el tradicional negocio de los taxis en el planeta, hasta el pay per laugh de Teatreneu.

Es decir, la revolución digital abarca todo: libros, manzanas, transporte de pasajeros y obras de teatro. El desafío está en saber quién es el primero en encontrar una aplicación digital a su negocio y que funcione.

En el caso de Teatreneu, las ventas de entradas se incrementaron un 30%, y dio fama a un teatro de Barcelona que hasta entonces, era otro teatro más. Se ha convertido en un caso de estudio en las escuelas de negocio. Muchos como yo irían para satisfacer su curiosidad (y para reírme, claro).

Esta revolución tecnológica tiene impactos positivos y negativos: los positivos son que puede crear puestos de trabajo, incrementar ahorros, aumentar ventas y facilitar los procesos. La negativa es que puede hacer perder puestos de trabajo en negocios anticuados, hundiendo las ventas, porque elimina los viejos procesos.

La pregunta que nos debemos hacer todos es ¿qué tecnología o aplicación puede afectar mi empleo, y cómo me puedo preparar o transformar para ese momento?

Muchos periodistas no nos hicimos esa pregunta hace 20 años.

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