OPINION

El abuso de las tallas y la obsesión por mostrar mujeres casi anoréxicas

modelo muy flaca
modelo muy flaca

Muchos quizá no se acuerden de lo que pasó en la pasarela Cibeles en 2006. Cinco modelos fueron rechazadas por no tener masa corporal suficiente para desfilar. Eran demasiado flacas.

Usar modelos delgadas es imponer unos absurdos criterios de moda que afectan a miles de chicas: algunas acaban siendo víctimas de la anorexia.

En 2007 el Ministerio de Sanidad pactó con las firmas de moda homogeneizar las tallas para que en todas las tiendas una 36 fuera igual. Y establecieron que la talla grande comenzaba en la 48.

Mango lanzó a finales de 2013 una campaña para tallas grandes. Y comenzaba por la talla 40. ¿Talla grande la 40? ¿No era la 48?

Para estar a la moda impuesta por Mango, las mujeres tenían que ser delgaditas. Los padres que tuvieran hijas anoréxicas supongo que verían la campaña de Mango como algo detestable.

Varias mujeres iniciaron una campaña a través de la plataforma Change.org para que Mango retirase la campaña. Y lo argumentaban así:

"Anuncios como éstos son los que provocan miles de trastornos en todo el mundo de anorexia y bulimia. La marca Mango se dirige a jóvenes adolescentes, chicas y mujeres que van a considerar que tienen sobrepeso porque su tienda de referencia las etiqueta como tallas grandes cuando usan la talla 40, 42, 44. Este tipo de campañas solo ayuda a que las jóvenes se sientan aún más condicionadas para ser delgadas. Miles de jóvenes se van a sentir atacadas e insultadas al ser consideradas tallas grandes".

Se llegó a más de 85.000 firmas en poco tiempo y Mango se vio obligada a dar explicaciones.

Lo de Mango parece una obsesión por la anorexia porque en 2002 la revista Capital publicó un reportaje criticando a la firma por lo mismo: por fomentar la anorexia con sus catálogos de chicas famélicas.

Pero no es solo Mango: cualquier persona que se dedique a recolectar catálogos de las grandes firmas, o a ver anuncios en televisión, comprobará que muchas de las modelos que aparecen no tienen una abuela que les obligue a comer. Parecen sacadas de reportajes de países con hambruna.

El gobierno francés parece que ha tomado conciencia y ha aprobado una ley que prohíbe a las modelos extremadamente delgadas participar en desfiles. Quieren combatir la anorexia.

En España aun no se ha llegado tan lejos. Pero el Ministerio de Sanidad debería hace como en Francia: en lugar de pactar con las firmas, aprobar una ley que directamente castigue los abusos de la moda, la manipulación de las modelos y el diseño de las campañas. Y eso debería incluir no solo los desfiles, sino los anuncios, los catálogos y cualquier medro de expresión que incite a la anorexia.

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