OPINION

Las terribles coincidencias entre la Grecia de Tsipras y la Cataluña de Mas

tsipras contento
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Lo que ha pasado en Grecia con Tsipras es un anuncio de lo que le puede pasar a Cataluña si sigue a Artur Mas.

Vean las coincidencias.

En Grecia, Alexis Tsipras anunció el año pasado que no se podían aceptar más recortes sociales para pagar la deuda y, apelando al nacionalismo griego, dice que va a poner en marcha un proceso para restaurar la soberanía nacional.

Se convocan elecciones en enero y el partido de izquierda de Tsipras gana. Pone en marcha un plan de gastos públicos, negándose a aceptar los dictados de Bruselas.

Entonces, sucede lo contrario de lo que esperaba: le cortan el crédito, los capitales huyen y se queda sin dinero para pagar los gastos del Estado.

Bruselas insiste en que debe pagar sus viejas deudas si quiere seguir recibiendo dinero.

Como Tsipras se niega a aceptar esas condiciones, convoca un referéndum para que el pueblo griego le diga si aceptan esas condiciones.

En el referendum, el pueblo griego dice que no aceptan esas condiciones porque ellos son soberanos.

Al volver a negociar con los poderes económico-financieros del BCE, Bruselas y el FMI, estos le imponen unas condiciones más duras que antes. Si no las acepta, no le prestan más dinero para seguir su aventura. Eso puede significar la quiebra del estado griego.

Ante la escapada de capitales, los bancos griegos imponen el corralito y los griegos se ven sin posibilidad de sacar más dinero de sus bancos.

Tsipras acepta las condiciones, hace el ridículo, dimite y convoca otras elecciones porque no se siente legitimado. Su partido se ha dividido en dos.

Se celebra de nuevo un proceso democrático (el tercero en este año), y el pueblo griego le da su voto, pero menos que antes. Va a tener que pactar con los nacionalistas de derechas porque no tiene la mayoría. Todo ha sido un paripé.

Ese es el punto en que estamos. Es decir, Tsipras no tiene la mayoría y encima va a pagar la deuda sin perdón.

Y ahora, veamos lo que ha pasado en Cataluña.

Artur Mas ve el momento propicio para romper con el centralismo español y exacerba el nacionalismo catalán apelando a las ventajas de la independencia económica.

Mas convoca elecciones prometiendo que, si gana el voto nacionalista, pondrá en marcha un proceso que desembocará tarde o temprano en una declaración de independencia para cortar los vínculos con el estado central.

Mientras tanto, los poderes financieros le advierten de que está jugando con fuego y que si sigue así, los capitales van a huir de Cataluña, la inversión va a escapar y no tendrá forma de financiar sus deudas. Puede producirse un corralito. Y hasta la quiebra.

Mas, como Tsipras, cree que son amenazas sin fundamento, se ríe de ellas y sigue su proceso histórico.

En ese punto está ahora la situación en Cataluña. ¿Y después?

Seguramente, como dicen las encuestas, el próximo domingo el voto independentista sea mayoritario y entonces Mas se encontrará legitimado, como Tsipras, para lanzar su proceso independentista.

En algún momento de ese proceso, cuando se haga una declaración más radical, o se tome una medida más desafiante, el dinero, que es tan miedoso, comenzará a salir de los bancos y cajas, y entonces se puede crear un corralito en las instituciones financieras catalanas.

Solo el rescate de los bancos centrales europeos, permitiría salvar a Cataluña de la quiebra. Y en ese momento, le puede suceder a Mas lo mismo que a Tsipras: que tendrá que echar marcha atrás, traicionar sus promesas y admitir otra realidad. ¿Convocará nuevas elecciones? Si lo hace, estará tan debilitado que no obtendrá la mayoría.

Creo que Mas llegará hasta esa fase. Ya no le importa. Pero el daño económico que va a hacer al pueblo catalán será muy profundo. Y lo más triste es que no le han valido de nada las lecciones aprendidas por Tsipras en Grecia.

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