Es mentira que la factura de la luz sea muy cara y tengo la prueba irrebatible

Todo el mundo paga el recibo de la luz. Y todo el mundo dice que es cara, que ha subido mucho y que es una exageración. La familia media española gasta entre 60 y 120 euros de luz cada dos meses. Pero también pagan empresas e instituciones.

El último estudio que se ha conocido esta semana dice que la factura de la luz ha subido en España un 50% desde 2008 y que es el cuarto país de la UE con la factura más cara.

¿Cara? ¿La factura de la luz? Yo pensaba que sí hasta que hace unos días me encontré con Valeriano Ruiz. Es profesor de la Universidad de Sevilla, experto en energías verdes. Me dijo: "La facturas de la luz es baratísima".

¿Cómo es posible?

Y me dio una razón de peso: "Si fuera tan cara no tendríamos el derroche de luz que vemos todos los días". ¿Derroche? "Sí", me dijo. "Cuando voy por cualquier ciudad española por la noche veo farolas encendidas, oficinas encendidas (y vacías), todas las habitaciones de una casa encendidas, los parques llenos de luz". Si costara mucho no las encenderían, ¿no?

Su tesis es que estamos derrochando energía porque en el fondo no nos resulta tan cara, y al derrocharla estamos contaminando más el planeta. Porque para fabricar esa luz, hay que quemar biomasa, tener energía atómica, encender centrales térmicas de carbón... En fin, producir gases nocivos.

Desde entonces, me he dado cuenta de que Ruiz tiene razón. Si la energía eléctrica fuera tan cara como decimos, no la usaríamos. La ahorraríamos. Bajaríamos el nivel de luz de parques, calles y jardines. De nuestras casas. Apagaríamos las oficinas antes. No enchufaríamos tantos aparatos a la red.

Pero hacemos justamente lo contrario. En cada habitación de cada hogar hay televisor, ordenador, equipo de música, cargadores, videojuegos, lámparas... Y en las oficinas, mucho más.

Contaminamos derrochando. Así que cuando alguien me dice que la luz es cara me echo a reír.