OPINION

La aparente normalidad de un país que ha entrado en alerta naranja

rajoy
rajoy

Un español que no hubiera tenido tiempo de leer las noticias el martes, se habría encontrado con una sorpresa por la noche: el Parlamento catalán aprobó empezar el proceso de independencia para crear una república catalana, un nuevo país.

Dentro de 30 días comenzarán a descolgarse de la Seguridad Social y de Hacienda. Luego derogarán en algún momento la Ley de Educación, el Código Penal y lo que venga. Y en meses, ya estarían desconectados.

El gobierno respondió ayer que actuará con la ley en la mano, lo cual puede significar suspender la autonomía catalana, algo que no ha sucedido en los 40 años de democracia.

Después de leer todo eso, cualquier español aseguraría que hemos entrado en 'alerta naranja'.

Pero no: las cosas eran como un día normal. Apple obtuvo los mayores beneficios de su historia, el PSOE propuso una renta mínima vital, Mortadelo y Filemón crearon su propio partido político en un cómic, el supermercado más barato de España está en Galicia, se acaba el roaming telefónico...

Daba la impresión de ser un día cualquiera.

Pero no es así.

Lo que vamos a presenciar a partir de ahora es una escalada de desafíos jurídicos: leyes contra leyes.

El nuevo parlamento catalán no va a detenerse pues los partidos independentistas creen que están legitimados por los votos. El gobierno de España les intentará detener, porque también tiene la mayoría legítima.

Pero llegará un momento en que esa pelea de leyes obligue a pasar a la acción: a ejecutar. Una de las dos partes dará el paso. Por ejemplo, romper con la Hacienda estatal supone dejar de pagar impuestos. Rebelión fiscal. Y la otra parte tendrá que responder. Primero con declaraciones. Luego con jueces. Y por último con fuerzas de seguridad.

¿Se imaginan a la policía deteniendo al consejero de Hacienda? ¿Al president? Esas imágenes darán la vuelta a España, a Europa y al mundo. A los secesionistas les encantarán porque pasarán a ser víctimas. No hay gancho político tan seductor como ser una víctima ya que pueden arrastrar a las masas con más fervor.

Yo lo veo como algo muy grave. Ya he escrito en este blog varias veces de los problemas que lloverán sobre los catalanes y sobre el resto de España desde el punto de vista económico, social y político. El secesionismo no tiene sentido. No hay por donde agarrarlo. Es puramente emocional. Es demagógico.

Es tan grave y serio que el resto de las noticias del día me parecen frívolas. Un comentarista decía que muchos españoles están tranquilos porque esperan que todo se resuelva por la vía de las leyes. Por eso se respira esa aparente normalidad.

Pero la situación no es para estar tranquilos. No sé cómo se puede parar este proceso con leyes. Llegará un momento en que habrá que pasar a la acción.

En ese momento estaremos en lo que los norteamericanos llaman DEFCON1: alerta roja.

Seguir a @ojomagico

Mostrar comentarios