OPINION

Lo que quizá no te han contado de Primark y lo que hay detrás de las etiquetas

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Primark es la tienda de moda. La apertura de la segunda mayor tienda del mundo de esta cadena en Madrid hace pocos días ha desatado un torrente de reportajes: colas kilométricas de clientes esperando la apertura de las puertas, crecimientos de ventas increíbles, club de fans en Facebook...

Los expertos hablan de que esa combinación de precios hiperbaratos y moda está disparando la popularidad de estas tiendas de origen irlandés.

Pero mucha gente no sabe otros datos importantes. Primark era una de las empresas que fabricaba en Bangladesh en el gran accidente de 2013. ¿Recuerdan aquel edificio que se derrumbó matando a más de mil personas y dejando más de dos mil de heridos?  Esas personas trabajaban para el proveedor de Primark, Benetton y más marcas.

Era un edificio entero lleno de mujeres. La noticia causó una conmoción mundial. Primark reaccionó ofreciendo compensación a las víctimas pero su fama quedó por los suelos. Bueno, solo unos años porque cuando abrió Primark en Madrid nadie se acordó de aquello.

¿De quién era la culpa?

De Primark por no revisar las condiciones laborales del proveedor a pesar de haberse adherido años antes a un acuerdo sobre seguridad en el trabajo, the Ethical Trading Initiative. No sirvió para nada.

La mayor parte de la culpa por supuesto fue del proveedor por explotar a miles de mujeres. Por no revisar el edificio. Y del arquitecto. Y el constructor. Y el gobierno de Bangladesh por permitir eso. Pero, ¿no es lo que pasa en todos los países pobres?

Nosotros los clientes también tenemos algo de culpa. Nosotros porque queremos productos baratos, y no miramos la etiqueta. Fabricar en Bangladesh es más barato que hacerlo en Murcia.

Les puedo asegurar que detrás de miles de productos baratos que compramos en tiendas de chinos y en otras tiendas 'de marca' hay posiblemente alguien que explota a alguien en condiciones muy duras.

El dilema es que, si dejamos de comprar en Primark, y si Primark deja de comprar a ese proveedor, miles de mujeres y hombres en esos países pobres van directamente al abismo de la ruina. Esto es como el dilema de prisionero: si acusas a tu compañero de crímenes, vas a la trena; si no lo acusas, también.

Pero Primark ha sido objeto de más denuncias antes y después de la tragedia de Bangladesh. Ha habido varios reportajes de la BBC denunciando las malas condiciones laborales de los proveedores de Primark. Otras denuncias fueron falsas.

Pero verdaderas o falsas, los fenómenos de las tiendas gigantescas con precios mínimos deberían llevarnos a pensar qué hay detrás de las etiquetas. Yo antes no lo hacía. Ahora por lo menos he dado ese paso.  Miro las etiquetas.

Detrás de muchas de esas etiquetas no hay vídeos de gatitos, sino alguien trabajando en condiciones muy duras.

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