El 6 de noviembre de 1615 se publicó la segunda parte del Quijote. Para muchos especialistas, es mejor que la primera. Los personajes están más definidos, hay escenas de conmovedora belleza como la confesión de Sancho cuando abandona la ínsula Barataria.
Don Quijote evoluciona psicológicamente haciéndose más sabio, pasa por Zaragoza, se enreda con un grupo de bandoleros, visita Barcelona, se embarca en una nave con galeotes. Y por último, un amigo del pueblo sale en su busca, se enfrenta con él haciéndose pasar por caballero, y lo trae al pueblo donde fallece el ilustre caballero.
Pero va a terminar el mes de noviembre y los únicos que lo han celebrado han sido unas numismáticas que han sacado cecas con motivo del libro, ciertos recuerdos en la complutense, y poco más. Ni el Ayuntaniento ni la Comunidad de Madrid han hecho algo digno.
Me pregunto si tenemos que recordarles que el año que viene se celebra el 400 aniversario de la muerte de Cervantes. A lo mejor se les ha olvidado.
Algunos dirán: bueno, no es para tanto, solo la segunda parte.
Si Cervantes fuera inglés y el Quijote lo hubiese escrito Shakespeare, estaríamos hasta la garganta de ver actos con la segunda parte del Quijote. Eso demuestra que en este país en lugar de existir memoria histórica hay amnesia histórica.
(Por cierto: un ingeniero de Barcelona decidió hace un año publicar todo el Quijote en Twitter. Se llama Diego Buendía. Publica varios al día. Programó el invento para que el último tuit saliera el 22 de abril de 2016, día de la muerte del escritor. Esta es la cuenta para seguirlo: @elquijote1605. Además, ha creado una página donde se puede seguir las estadísticas y hasta encontrar citas aleatorias: quijote17000.es
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