El rey manda un mensaje a los partidos: pactad, pactad, pactad

El discurso del Rey ha pasado de ser una costumbre que se cumplía entre langostinos y cava, a un código secreto para ver quién lo descifra mejor en la cena de Navidad.

El año pasado  tema de fondo era el nacionalismo catalán.

Este año, la clave era su opinión de las elecciones. Seamos sinceros, siendo rey de España, casi se adivinaba lo que iba a decir: ¿cuántas veces iba a pronunciar la palabra unidad? ¿Cuándo iba a mencionar la palabra consenso?

¿Era el mejor sitio el palacio real?  Lo dudo, pero por eso comenzó explicando por qué celebró el discurso desde ese palacio que, desd de luego, no debe gustar mucho a Podemos.

El rey habló de voluntad de entendimiento, de que vivíamos tiempos en que debemos reconocer todo los que nos une, ensalzar lo que somos y nos hace ser españoles.

Quizá era un discurso tópico cuando habló de los viejos valores constitucionales, las  reglas que nos unen.  Pidió fortalecer la cohesión nacional. Habló del proyecto común. "Lo que nos debe importar a todos es España y el interés de los españoles".

Y entonces empzó a hablar de las elecciones. ¿Qué dijo? Habló de esa pluralidad política que aporta perspectivas diferentes. Pidió diálogo, concertación y compromiso "para  tomar las mejores decisiones, para asegurar y consolidar lo conseguido en al pasado". Les pidió a los partidos que fueran sensibles con las demandas de la vida pública. Recordó la voluntad de entndimiento. Exigió un compromiso de las fuerzas políticas y sociales porque los intereses de la nación están por encima de todos. La parte más dramática, quizá apocalíptica, fue cuando dijo: "La ruptura de la ley, la imposición de una idea sobre la voluntad de los españoles nos ha conducido al aislamiento".

Al final, su mensaje estaba dirigido a los políticos: "Hay que darse la mano".

En pocos meses, el rey logró recuperar la imagen de la monarquia que su padre, el rey Juan Carlos, había triturado con sus viajes a bostezan, su amante y su torpeza. Ahora, Felipe VI esta más valorado que el resto de los políticos. Con este discurso, un poco más.