OPINION

Pedro Sánchez, el fracaso de un líder construido por la máquina de propaganda

pedro sanchez2
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Hace unos días, le pregunté a un experto en comunicación qué le parecía Pedro Sánchez, el secretario del Partido Socialista. "Buen actor", respondió. Luego se echó a reír.

Quiso decir que Pedro Sánchez no da mítines, ni habla en televisión: actúa. Actúa todo el tiempo. Se ha aprendido un guión y lo suelta cada vez que sale en público. No conecta con la gente. No tiene empatía. No se cree lo que dice.

Para mí, esa es una de las razones por las que Pedro Sánchez no lograba ganar en los debates televisados cuando se hacían las encuestas. Yo pensaba que no era para tanto pero me equivoqué. Rivera e Iglesias se lo comían. Hasta Soraya Sáenz de Santamaría.

Pedro Sánchez tenía a uno de los mejores asesores de comunicación de este país: Luis Arroyo. Pero no funcionó. Para ser líder hay que conectar con la gente. No basta con ensayar ante un espejo.

Pero hay otro motivo que está acabando con la carrera política de Pedro Sánchez. La herencia. El mismo Pedro Sánchez lo dijo la semana pasada. El PSOE era el partido que llegaba con la peor carga económica a las elecciones es el PSOE. ¿Por qué? Porque en las elecciones de 2008, cuando el PSOE ganó, el país estaba con unos índices maravillosos. Y cuando Zapatero lo dejó en 2011 estaba para el arrastre: paro, déficit, deuda, decrecimiento, inflación....

Eso no lo olvidan los electores.

Esas dos razones influyeron para que el PSOE lograse el peor resultado electoral de su historia.

Encima, hay un tercer factor. Ante las crisis, la izquierda se divide, se abstiene de votar,  se pelea, conspira contra sus jefes, se lanzan puyas... Las portadas de todos los medios ya están hablando a gritos de que, si hay elecciones anticipadas, los barones del partido piden que se vaya Pedro Sánchez.

En cambio, ante las crisis, la derecha es un poco más fiel a sus líderes. Se aguanta.

Si metemos esos argumentos en un bombo y le damos vuelta, al final Pedro Sánchez sacará una bola de color negro. Muchos socialistas plantean celebrar un congreso y sustituirlo por Susana Díaz. Será la demostración más clara de cómo fracasa un líder de papel construido por el aparato de propaganda de un partido político.

-La CUP por lo menos es fiel a sus principios: antes muertos que vendidos

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