OPINION

La caída de Vitaldent revela el intrusismo y el mercadeo alrededor de la salud

vitaldent
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Un médico estomatólogo me dijo hace muchos años que lo de Vitaldent le olía muy mal. Desconfiaba de las franquicias dentales, porque no le salían las cuentas. Los precios que estaban ofreciendo eran demasiado competitivos. No se podían ni pagar los gastos mínimos. Pero había algo más: no hacían diagnósticos médicos, sino comerciales. En lugar de salvar un diente ponían un implante.

Yo pensé que era una exageración porque antes, los dentistas eran una aristocracia poderosa y exclusiva. Para ser dentista había que ser médico (cinco o seis años de carrera) y  aparte dos años más de especialización en estomatología. Había pocos dentistas, claro. Por lo cual sus ingresos eran estratosféricos.

Como era un mercado creciente, poco a poco empezaron a entrar los intrusos. Cuando se permitió que los odontólogos graduados en América Latina pudieran trabajar en España, el país se empezó a llenar de consultas. Eso tuvo una ventaja: que al haber más competencia, había mejores precios. Pero sucedió que algunos se sacaban el título de odontólogo en República Dominicaba en cursos de meses. Vamos, que te podías sacar el título de submarinista y el de odontólogo a la vez en Punta Cana en pocas semanas.

Luego se abrieron facultades de odontología en España que arrojaron un montón de profesionales bien preparados. Eso fue muy bueno para los consumidores o los pacientes, como los quieran llamar.

Pero sucedía al mismo tiempo que los protésicos, que fabricaban implantes, fundas o aparatos, tenían tanto dinero que ellos mismos contrataban dentistas.

Eso fue lo que hizo el listo de Vitaldent. Era un protésico de origen uruguayo que amplió su negocio dental hasta convertirse en la mayor red de franquicias dentales de España. Enrique Colman era ese personaje.

En estos días vamos a conocer muchos detalles. Colman cobraba en efectivo a sus franquicias. Y lo peor: no declaraba a Hacienda. Se llevaba el dinero a cuentas en Suiza. Luego ese dinero lo blanqueaba en España comprando viviendas. Tenía 30 vehículos de alta gama y un avión de un millón de euros.

¿Qué va a resultar de esta caída de Vitaldent? Pues que se va a intentar regular un sector que está relacionado con la salud. Si fueran tornillerías o tiendas de ropa, sería un pufo más. Pero estamos hablando que en dos semanas han caído dos franquicias relacionadas con la salud dental.

Los estomatólogos tenían la cualidad de ser médicos además de dentistas. Ahora parece que nuestra salud dental está en manos de negociantes. En la foto, Colman aparece con un billete de un dólar enmarcado en un cristal.

¿Por qué se ha dejado esa parte tan importante de los derechos de los ciudadanos en manos de mercaderes?

(Recomiendo este artículo escrito por Miguel Jara)

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