OPINION

En pocos días, Podemos ha pasado de acariciar el poder a incendiarse

bombero fuego
bombero fuego

El domingo pasado, cuando eran las 20.00 horas y salieron los primeros sondeos, Podemos junto con IU alcanzaba más de 90 diputados. Se confirmaba el sorpasso al PSOE. Hasta podrían gobernar y Pablo Iglesias ser presidente, si lograban unir a la izquierda.

Pero minutos después, comenzaron a aparecer en las pantallas los datos escrutados por el Ministerio del Interior y el sueño de asaltar La Moncloa se desfiguró. Se vieron caras largas, rostros de desilusión y desconcierto. Tenían la cara del niño que ha perdido a sus padres en un parque.

Hasta ese momento, la estrategia de comunicación de Podemos había sido admirable en muchos sentidos: llevaban la delantera a los demás partidos, eran ocurrentes, los medios hablaban siempre de ellos porque decían cosas muy periodísticas, y ganaban los debates. Además, se les veía a todos muy unidos. Cuando Pablo Iglesias se encaminaba a hablar en la sala de Prensa del Congreso, iba acompañado por los Siete Magníficos. Solo faltaba la marcha de los granaderos y las banderas. (Miren abajo) Y cuando se ponían delante de la prensa, siempre estaban en grupo. Unidos. Firmes. Disciplinados.

Pero desde la derrota moral del domingo pasado, la unidad ha empezado a resquebrajarse. Primero, Juan Carlos Monedero criticó la estrategia de la campaña. Luego, Errejón admitió que la alianza con IU les ha perjudicado. A continuación Pablo Echenique afirmó que habrá que tomar medidas contundentes si se sigue dividiendo y criticando. Y ahora se habla de un congreso para limpiar el partido, y extirpar las malas hierbas.

¡Caray! No ha pasado ni una semana y aquello parece un incendio. En pocos días, Podemos ha pasado de acariciar el poder a parecer que todo se desmorona.

Eso demuestra dos cosas: que Unidos Podemos no estaban tan unidos. Y que, como siempre, la izquierda es más indisciplinada que la derecha. La derecha es más fiel al partido, pase lo que pase. En Estados Unidos dicen: "Democrats fall in love, republicans fall in line". (Los demócratas se enamoran de sus líderes, y los republicanos se sacrifican por sus líderes).

Pero la izquierda se enzarza en peleas internas de todos contra todos cuando falla el amor.

Ante un panorama tan sangrante, Podemos necesita un director de comunicación. Un apagafuegos. Primero, porque debe imponer un discurso y evitar que cada uno se convierta en portavoz. Una tarea nada fácil porque los militantes protestarán diciendo que "me están coartando mi libertad a expresarme". Y no es nada fácil porque Podemos ha construido su discurso de ascensión al poder con la parte bonita de las discusiones asamblearias. Sí, cuando todos están llenos de amor construyendo el futuro de España.

Pero cuando la casa se derrumba, ese mismo sistema provoca unas discusiones internas tan brutales que pueden atomizar aun más el partido. Discusiones que se filtran a la prensa y contribuyen a crear todavía más caos.

Creo que es una de las consecuencias de ser un partido tan joven. Les falta experiencia para afrontar crisis y temple para mantener la calma. Tienen muchos desafíos: apagar las discusiones, resolver su alianza con IU, definir su ideología (¿son comunistas, socialdemócratas, neomarxistas o qué?), convivir con su pasado prochavista, no mentir, ilusionar de nuevo a los votantes y esperar las próximas elecciones.

Como decía Iñigo Errejón, si miran hacia atrás se darán cuenta de que hace dos años ni existían. Y ahora son la tercera fuerza política con 71 diputados. En el País Vasco es la mayor fuerza. Y allí tendrán lugar elecciones en otoño. ¿Llegarán con la misma potencia con la que llegaron a las generales? Esa será su próxima prueba.

(Foto de worradmu. Cortesía de freedigitalphotos.net).

- ¿Por qué la izquierda es rebelde y la derecha es fiel?

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