OPINION

Irak: las mentiras que se tragaron desde Aznar hasta 'The New York Times'

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¿Recuerdan lo que pasó después del atentado a las Torres Gemelas? El mundo entero estaba con el corazón en Manhattan.

Eso fue en septiembre 2001. Al mes siguiente, tropas de EEUU invadieron Afganistán porque se sospechaba que Bin Laden estaba allí. La ONU calló y el mundo también porque de alguna manera había que compensar 3.000 vidas trituradas por dos aviones en el World Trade Center.

Pero George Bush quiso continuar la guerra y comenzó los preparativos para invadir Irak. ¿Por qué Irak? Porque según ellos allí había armas de destrucción masiva: químicas, bacteriológicas o nucleares.

Era mentira.

Para comnvencer al diario más poderoso de EEUU, es decir a The New York Times, la inteligencia militar norteamericana inventó declaraciones de ingenieros iraquíes que decían haber visto esas armas. Luego, filtraron esos documentos con las pruebas falsas a la corresponsal de defensa del periódico. The New York Times publicó esas declaraciones tomándolas por verdaderas y con ello se ganó el estado de ánimo de 360 millones de norteamericanos: querían ya la invasión.

Por último, Bush buscó aliados en Europa para apoyar su guerra basada en mentiras. Los mejores aliados fueron Blair y Aznar. La misión de ambos: convencer a sus respectivas opiniones públicas de que Irak escondía armas letales (sin parecer que lo hacían) y, además, presionar al Consejo de Seguridad de la ONU para que diese el visto bueno a la invasión.

Para certificar que Irak quería exterminar al planeta, un general respetado por medio mundo como era el hombre de color Colin Powell, mostró ante las cámaras de televisión en una comparecencia ante la ONU, unas botellitas conteniendo un polvo blanco. Anthrax, dijo agitándolas. Sadam tiene esto. El planeta se estremeció.

Convencidos casi todos, Estados Unidos se lanzó a la invasión de Irak en 2003. El resultado fue desastroso. Porque cuando se fueron ocho años después, habían dejado el país peor de lo que estaba. Sin gobierno, tras asesinar al presidente Husein, sin sociedad, y sin ejército. Por eso, el ISIS tomó el control de la mitad del país y ahora se lucha por sacarlos de allí.

España no intervino directamente, pero tuvo espías y tropas de apoyo. Aznar picó. Esta semana hemos sabido por una investigación independiente británica cómo actuaron Blair y Aznar para maniobrar y convencer a la opinión publica, y apoyar a Bush. Muy feo.

Es sin duda uno de los mayores errores en política exterior de la diplomacia española. Y Aznar quedará como un presidente que, sabiéndolo o no, participó en una guerra poblada de mentiras.

(A quienes les interés, hay una película de Hollywood titulada 'Green Zone' y protagonizada por Matt Damon que describe con enorme realismo la mentira de las armas de destrucción masiva).

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