OPINION

Pedro Sánchez, el hombre que se cree sus propias mentiras

Existen dos clases de mentirosos: los que mienten a los demás, y los que se mienten a sí mismos.

Los primeros son peligrosos, pero los segundos son peores, porque cae en el terreno de las patologías humanas. Los psicólogos lo llaman 'mentiras compensatorias'.

Son esas mentiras que soltamos cuando sacamos malas notas y echamos la culpa a los profesores.

Pedro Sánchez padece este tipo de patología porque ha pulverizado al PSOE, ha renunciado a la secretaria general y a su escaño y le echa la culpa al partido. No a él.

Lo peor de este mentiroso es que acaba por engañarse a sí mismo y crea un personaje. Por ejemplo, denuncia ahora a medios y al poder económico –que conspiraron contra él– pero ahora nos enteramos que hace meses decía lo contrario. Es más, El Mundo publica que el mismo Pedro Sánchez fue a Telefónica a pedir ayuda para hacer presión contra El País. Telefónica tiene el 13% de Prisa.

Y así, se le puede seguir pillando a Pedro Sánchez en un montón de mentiras compulsivas. Si levantó una oleada de enemigos en el partido fue porque estaba dispuesto a pactar con Podemos y los nacionalistas. ¿Qué iba a pactar? ¿El color de los sugus de piña? No, un referéndum de independencia. A cambio, obtendría el apoyo de estos grupos y la presidencia de España.

A Pedro parece habérsele olvidado todo eso cuando habló en el programa de Jordi Évole.

Pedro Sánchez renegaba de Podemos y Pablo Iglesias hace un año, y ahora solo le lanza piropos.  ¿Es que hace un año no conocía qué era Podemos y ahora sí? ¿Puede decir eso un político serio?

En el programa de Salvados, se le veía con el rostro de la persona que dice mentiras, y se las cree a fondo. El mundo contra mí. Yo soy bueno. Yo venía a salvar al partido y a España. Pero había brujas malas que me lo impidieron.

Ya el ex presidente González estaba asustado con este hombre porque le mintió. Mintió a una figura del partido tan importante como el ex presidente Felipe González. Le dijo que se abstendría y favorecería la investidura de Rajoy, y luego dijo lo contrario.

Mentir como una táctica temporal para ganar una batalla es una cosa. Es la mentira utilitaria, y todos lo hemos hecho en menos o mayor grado de forma consciente. Pero mentir de forma permanente e inconsciente, cambiando el rumbo de norte a sur, es otra cosa.

Sánchez es un mentiroso que se ha creído su papel. Me recuerda a esos actores como Bela Lugosi que pidió que le enterraran vestido de Drácula. Después de hacer tantos papeles de vampiros, ya se creía un vampiro.

Mostrar comentarios