OPINION

Trump, Iglesias, Le Pen: el triunfo de los grandes comunicadores

¿Creen que Trump habría conseguido ser presidente de los EEUU sin sus discursos impactantes? Lo dudo.

¿Alguien cree que Podemos habría conseguido llegar al Congreso con tanta fuerza sin Pablo Iglesias? No lo creo.

¿Piensan que el Front National serían el partido más votado de Francia si no fuera por la oratoria de Marine Le Pen? Imposible.

Detrás de ellos había masas de gente enfadada. Cierto. Enfadadas por por la crisis, por la inmigración o por la corrupción... Da igual. Lo que realmente encontraron esas masas fueron una serie de líderes que, sobre todo, eran grandes comunicadores.

Llevo viendo los discursos de Trump en YouTube desde hace un año. Me fascinaron. No porque comparta sus ideas sino porque comprendió que hablaba de una forma directa, sin rodeos, y que decía lo que los electores querían escuchar. Pero lo decía mejor que nadie. Es u gran comunicador. Superaba a cualquier candidato en EEUU.

Cuando Pablo Iglesias sacó cinco eurodiputados nos empezamos a fijar en él. E inmediatamente di mi veredicto: es el mejor comunicador político de este país. Así lo escribí en mayo de 2014. Es incluso mejor que Rivera porque sabe hablar para las masas y para las mesas.

Y lo mismo con Marine Le Pen. La entrevista que le realizó Ana Pastor hace tiempo reveló que Le Pen sabía defender sus ideas, y contraatacar contra quienes la querían acorralar. Es una gran comunicadora. Es la líder más votada de Francia. Otra cosa son sus ideas.

¿No les dice eso algo?

Que hay algo más importante que las masas cabreadas. Y es que haya líderes sepan conectar con esas masas y hablarles con claridad. ¿Entonces dónde quedan los argumentos? ¿Las razones? ¿La reflexión?

Eso queda para los sociólogos. La mayor parte de los votantes, desde tiempos de Cicerón, se dejan arrastrar por los grandes comunicadores. No votan a un político. Votan una ilusión. Y eso es lo que saben vender los grandes comunicadores. Otra cosa es lo que sucede cuando llega al poder un gran comunicador, pero el líder equivocado. Es lo que pasó en Venezuela con Chávez.

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