OPINION

En esta esquina, Donald Trump, y en la otra, lo que queda de la prensa

trump rueda de prensa
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President-elect Donald Trump takes questions during a news conference Wednesday Jan 11 2017 in New York The news conference was his first as President-elect AP Photo Seth Wenig

Pocas veces he visto una rueda de prensa como la que dio Donald Trump el miércoles, a pocos días de jurar su cargo como presidente de los Estados Unidos. Un periodista de la CNN trató de hacerle varias preguntas pero Trump le ignoró, le mandó callar y le acusó a él y a su organización de dar noticias falsas.

Como periodista, me he quedado de piedra. ¿Cómo es posible que el inminente presidente del país más poderoso del mundo sea capaz de callar a la prensa antes de llegar al poder? Es un caso insólito. Diría que un récord Guinness.

Pero ¿saben una cosa? Creo que muchos políticos estaban disfrutando. No porque estuviera metiendo la pata Donald Trump sino porque estaba haciendo algo que muchos políticos hubieran querido hacer hace tiempo.

Y creo que también estaban disfrutando los seguidores de Trump, que ven a la prensa como una fábrica de falsedades contra su ídolo: Trump.

La relación de los políticos con la prensa siempre debe ser tensa. Periodista que no haga preguntas comprometedoras es que está haciendo la pelota. Pero esto es diferente. Ya no es un político que sonríe forzadamente y trata de responder a ese periodista inoportuno. Es el mayor poder de EEUU mandando a callar a un periodista y diciéndole en la cara y ante las cámaras que los transmiten a todo el mundo: "Usted es un maleducado y dice mentiras. Cállese".

¡Y aún no ha tomado el poder!

Eso quiere decir que las relaciones de Trump con la prensa van a ser una de las noticias del año. Quiero decir, aparte de las amenazas de Trump de construir un muro, castigar a las empresas que se vayan de EEUU, combatir a los yihadidtas o llegar a acuerdos con Putin, el tema de conversación de muchos días va a ser: "¿Viste como Trump mandaba callar a The New York Times o The Washington Post?".

Hay que tener los h... bien puestos para hacer eso ante la prensa más poderosa del mundo. Muy bien puestos.

Si los periodistas no sabemos hacer nuestro papel, en esa lucha vamos a perder mucha credibilidad. No sé si lo poco que nos quedaba, pero sí creo que es un desafío a nuestra credibilidad.

¿Por qué Trump mandó callar al periodista? La prensa norteamericana y mundial se había hecho eco de un informe de un antiguo espía del M-16, el servicio secreto británico, donde decía que Trump, en una visita a Rusia, organizó una orgía con prostitutas en la misma habitación del hotel donde antes se había alojado Obama. El informe decía que las prostitutas habían orinado incluso en la cama, la llamada lluvia amarilla. Y que Trump lo había celebrado.

El espía ha huido. Pero el informe ha sido rebotado por los servicios de inteligencia de EEUU, y nadie sabe quién estaba detrás. Nadie sabe si eso es verdad. Hasta The New York Times se burlaba de la poca solidez del informe. Todos tenemos la impresión de que parece un guion de una película de Hollywood donde no falta nada: sexo, espías y rock & roll.

Lo que nos espera este año va a agotar nuestra capacidad de sorprendernos ante cosas inimaginables. Y la pelea de Trump contra los medios va a ser una de las grandes atracciones periodísticas del año.

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