OPINION

Las brutales ganancias de Facebook y la miserables cifras de la prensa

Captura de pantalla 2017-02-04 a las 22.25.27
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Las ganancias de Facebook en 2016 fueron tan enormes que solo se las puede calificar de bestiales: 25.668 millones de euros ingresos y 9.509 millones de euros beneficios.

Eso significa que por cada 2,5 euros de ingresos, obtiene casi 1 de beneficio. Ni el broker más fantasioso podría soñar con esa rentabilidad. Un 37% de rentabilidad. Lo más asombroso es que si comparamos esas cifras con el ejercicio anterior (2015) tenemos lo siguiente: los ingresos subieron un 52% y los beneficios se triplicaron.

Y ¿de dónde procede todo eso? De la publicidad. Cuando entramos en Facebook, aparecen imágenes o videos que anuncian paraguas reversibles, cursos de inglés, libros... Los anunciantes pueden ser grandes empresas o pequeños escritores. Unos pagan millones en publicidad, otros unas decenas.

Y qué ofrece: bueno, contenidos subidos por nosotros, los 1.900 millones de personas que tenemos una cuenta en Facebook. Y entre esos contenidos que subimos, hay enlaces a noticias de periódicos digitales. Mucha gente se entera de lo que pasa en el mundo leyendo en Facebook. Ni se molestan en entrar directamente a los medios de comunicación.

De modo que los medios estamos escribiendo grandes historias para que aparezcan en los muros de Facebook. Es más, gran parte de las visitas que reciben los medios digitales proceden de Facebook.

La diferencia es que una sola empresa llamada Facebook gana cada vez más. En 2016 ganó el equivalente a lo que gana la prensa de toda Europa en un año (incluso más), pero los periódicos de Europa ganan cada vez menos y muchos pierden dinero y cierran.

Internet ha cambiado tanto la vida de los periodistas, que ahora escribimos para Facebook. Esa red social ofrece a los medios un servicio especial para que preparemos y ofrezcamos nuestras noticias. Es más, si no estamos en Facebook es como si no existiéramos.

Facebook nos sirve en bandeja una gigantesca plataforma. Nosotros le damos contenidos. Pero jamás imaginamos los periodistas que acabaríamos escribiendo historias para que se colgaran en un muro. Y que nos pagarían por ello unos céntimos de euro por cada clic.

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