OPINION

La pregunta no es si el Gobierno tiene un Plan B sino si los catalanes lo tienen

Artur Mas cierra la campaña de unas elecciones históricas en Cataluña
Artur Mas cierra la campaña de unas elecciones históricas en Cataluña
El presidente catalán, Artur Mas, cuyo partido es el favorito para ganar los comicios autonómicos de este fin de semana, cerró el viernes la campaña electoral asegurando que el proceso soberanista seguirá adelante consiga o no la mayoría absoluta en

Durante mucho tiempo he estado pensando si el Gobierno tiene un Plan B para afrontar el mayor desafío de este año: la convocatoria de un referéndum ilegal sobre la independencia de Cataluña.

Todos los analistas políticos se preguntan eso mismo y es una buena pregunta.

Pero, ¿es la pregunta que hay que hacerse?

Yo creo que la pregunta es si los catalanes tienen un Plan B.

Veamos. No sabemos qué mecanismos legales va a poner en marcha el Gobierno, pero nos los imaginamos: primero, evitar que realicen las votaciones, enviando a las fuerzas del Estado para impedir esas elecciones. ¿Cómo? Lo revelaba una información de Fernando Valls en lainformación. Activar el artículo 155 de la Constitución no significa dejar sin efecto inmediatamente al gobierno catalán, sino hacer una intervención paulatina, apoyándose en el Tribunal Constitucional. "Una de ellas [de las medidas] podría ser el precintar colegios electorales o retirar competencias a la consejería de Educación para abrir los colegios."

Bien. Pero ¿y si luego se declara una hipotética independencia? El artículo 155 dice claramente: "...adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla [la Comunidad Autónoma] al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones". Habrá un momento en que el desafío solo pueda resolverse tomando el control de las instituciones catalanas. Forzoso, dice el texto.

¿Intervención policial? ¿Arrestos? ¿Persecuciones? ¿Juicios? Si eso sucede, a partir de entonces, no sabemos qué va a pasar, pero lo más probable es que tenga un fuerte impacto en la economía catalana y en la del resto del país. Por ejemplo, salida de capitales a otras zonas de España, boicot productos catalanes, división interna radical...

En ese momento, los catalanes serán  los primeros afectados. El dinero es muy miedoso y ante circunstancias parecidas, se reacciona igual en todas partes del mundo.

Sea lo que sea, me pregunto si los catalanes tienen un Plan B para ese momento. ¿Dar marcha atrás o seguir adelante? ¿Están todos de acuerdo? ¿Qué harán los catalanes no independentistas, que ahora son mayoría, según las encuestas?

Lo que ha pasado esta semana en Barcelona –el juicio a Artur Mas por organizar el referéndum ilegal en noviembre de 2014–, solo hará más fuerte a Artur Mas porque ese político personaliza el victimisno de muchos catalanes. Como dice el anuncio de Red Bull, le da alas.

Contra eso, el Gobierno no tiene mucho margen de maniobra porque el guion del teatro está a favor de los independentistas. En una sociedad democrática, se combaten esa clase de rebeliones con la fuerza de la ley, no con la fuerza a solas. Al menos al principio.

Pero cuando entremos en otro capítulo, el de la fuerza, se verán las consecuencias de este desafío. Sin plan B, ¿qué será de ellos? ¿Y de los demás?

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