OPINION

Un señor pone en duda que la democracia sea el mejor sistema y la lía

Marine-Pen-ultraderecha-francesa-segunda_471862820_493001_667x375
Marine-Pen-ultraderecha-francesa-segunda_471862820_493001_667x375

Cuando alguien dice que la democracia es el mejor sistema, muchos piensan en Hugo Chávez, en Berlusconi, en Trump, e incluso en (pongan ustedes aquí el nombre del político que más detesten).

Si esas personas han llegado al poder, o la democracia es imperfecta, o el pueblo es torpe.

La frase de Churchill de que la democracia "es el menos malo de los sistemas" no convence a todos porque, al final, te puede tocar un inútil y aguantarlo cuatro años o más.

Pero quien comparta esta idea, o arruina una conversación o se queda sin amigos. Por lo menos, en la democracia puedes echar al inútil. En la dictaduras se quedan. Cierto.

Y entonces aparece una entrevista de El Mundo al historiador, arqueólogo y escritor belga David Van Reybrouck, que acaba de escribir un libro titulado Contra las elecciones. Sostiene puntos de vista que han causado cierto impacto. Vamos: la ha liado.

Cree que es un error que todo el mundo vaya a votar cada cierto tiempo porque la gente vota con el estómago. Pone el ejemplo del Brexit y de los populismos actuales, que son fruto de ese voto estomacal.

Para solucionarlo, en lugar de dar derecho a voto a todo el mundo, propone escoger a un grupo de ciudadanos al azar, digamos, mil, y darles mucha información sobre un tema determinado. Dejarles que lo maduren y debatan durante meses, y pedir su voto. El señor belga cree que ese resultado sería mejor que la decisión de las masas. Pone el ejemplo de Irlanda, donde hay asambleas ciudadanas que ya hacen recomendaciones a escala nacional.

Uno se pregunta si esto es más eficiente que ir todos a votar, pero Van Reybrouck afirma que sí. Es más, eso asegura la democracia, dice el autor. Si no lo hacemos así, caeremos de nuevo en los populismos o las autocracias. La prueba es que en Francia y en Alemania cada vez son más fuertes los partidos extremistas que quieren salirse del euro, de la UE y cambiar las reglas del juego.

Esto tiene un riesgo enorme.

"Es muy peligroso, podemos no sólo deslizarnos hacia sistemas autoritarios sino que la Unión Europea podría estar finiquitada a finales de este año. Nadie parece darse cuenta de ello. Si Marine Le Pen se convierte en presidente de Francia, algo perfectamente posible, si el ultraderechista Geert Wilders llega a presidente de Holanda y si la extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) se convierte en el segundo partido de ese país, la UE está acabada. Así de simple".

En fin, la ha liado.

Mostrar comentarios