OPINION

Robert de Niro interpreta en una película al mayor estafador de Estados Unidos

Captura de pantalla 2017-05-19 a las 23.00.29
Captura de pantalla 2017-05-19 a las 23.00.29

La cadena de televisión por cable americana HBO estrena en estos días una película llamada El mago de las mentiras. Es la historia de Bernie Madoff, el famoso inversor de Wall Street que entrampó en una estafa piramidal a amigos, conocidos, fortunas y asociaciones.

Robert de Niro y Michelle Pfeiffer hacen de Ruth y Bernie Madoff, y la película está basada en varias biografías sobre este frío estafador.

Los agentes detuvieron a Madoff, de 70 años, en diciembre de 2008 en su cuartel general en Nueva York. Le preguntaron si tenía algo que decir. "Todo fue una estafa", respondió Madoff, que se dejó poner las esposas sin rechistar. Lo curioso de esta detención es que procedía de una denuncia realizada por sus hijos un día antes. Denunciaron a su padre por estafa.

El sistema piramidal o esquema Ponzi empleado por Madoff consistía en tomar fondos de gente rica, prometerles altas inversiones, e ir engordando la vaca sin freno. Los intereses en realidad eran ficticios. Lo inversores pensaban que estaban ganando mucho dinero, porque la bolsa subía. Pero cuando Wall Street se derrumbó en septiembre de 2008, esos inversores, muertos de miedo, pidieron a Madoff que les devolviera su dinero. No había dinero. Madoff se lo había gastado, o lo había malversado.

En total,  fueron 50.000 millones de dólares. Se considera la mayor estafa en la historia de EEUU.

Lo peor se supo poco a poco. Madoff es judío y estafó a inversores judíos que habían confiado en él precisamente fiándose de que nunca les estafaría. Le consideraron como un dios. Es más, le consideraban un buen hombre porque donaba dinero a causas comunales.

Ayudaba a organizaciones altruistas judías como la Universidad Yeshiva, la Academia SAR -una escuela judía del Bronx-, y también daba consejos financieros a los responsables de los Bonos del Estado de Israel, a The Jewish Campus Life Fund, al Centro Cultural Elaine Kaufman, la escuela Ramaz, la congregación Kehilath Jeshurun y hasta a la sinagoga de la Quinta Avenida.

Y ya en el colmo de su galaxia, había engatusado a judíos conocidos como Steven Spielberg, quien puso parte del dinero de su Fundación Wunderkind en manos de Madoff, así como Elie Wiesel hizo con la suya. Esto, a su vez, servía de anzuelo para que más fundaciones judías acudieran con los ojos encendidos a la llamada del dinero de Madoff, el gran multiplicador. Si Spielberg y Wiesel le apoyaban, Madoff era un tipo de fiar. El subtítulo del cartel de la película lo dice todo: "Solo aquellos en los que confías, te pueden traicionar".

La cadena de estafados era larga y en España afectó a fondos del Santander. Supuso uno de los golpes más flagrantes a la imagen del banquero más poderoso del país: Emilio Botín. Pérdidas reconocidas: 1.380 millones de euros. En España le estafa llegó hasta 3.000 millones de euros repartidos entre fondistas, bancos de inversión, cajas y particulares, algunos de los cuales se aliaron para exigir la devolución de su dinero a través de dos despachos de abogados.

Madoff disponía en el momento de su detención de un lujoso piso en Nueva York, un rancho, una mansión en Palm Beach, un yate anclado en la Riviera francesa y unas imponentes oficinas en Londres. Mucha gente pensó que desde Nueva York, Palm Beach y Londres, Madoff había ido extendiendo la peste por medio mundo, pero en realidad Madoff “era la peste”.

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