OPINION

Maduro debería dar las gracias a las aerolíneas españolas por seguir en Venezuela

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La aerolínea colombiana Avianca acaba de anunciar que el 16 de agosto próximo suspende sus vuelos a Venezuela. Avianca llevaba 60 años viajando a Venezuela, y últimamente lo hacía con dos vuelos diarios.

Avianca es la última de las aerolíneas en sumarse a esta cola de abandonos. Antes lo habían anunciado Delta, United, Lufthansa, Tiara, Gol, Aeroméxico, Alitalia, Air Canada y Latam. La razón no es ningún boicot a Maduro, sino que el gobierno venezolano les debe más de 3.800 millones de dólares, según la IATA, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional.

Todavía quedan en ese país Air France, Turkish, American, TAP y por supuesto, Iberia y Air Europa. Es cuestión de tiempo de que las aerolíneas comiencen a cancelar sus viajes, sobre todo aquellas que apenas tienen ciudadanos autóctonos en el país como Air France o Turkish.

Lo sorprendente es que Air Europa e Iberia resistan tanto, a pesar de que uno de los deportes preferidos de Maduro y de los chavistas es insultar a España, a los españoles y a su presidente. La costumbre comenzó con Chávez, quien ya se burlaba de los españoles o los satanizaba como si fueran los malos de las películas.

Pues bien, Maduro debería darle las gracias a nuestras aerolíneas por resistir allí a pesar de que no les paga. Además, español que se va, enemigo menos para el régimen.

Desde mi punto de vista, Iberia y Air Europa resisten porque esto es como Dunkerke: hay que tener los barcos listos para la cantidad de conciudadanos que están huyendo del país. Se calcula que ya hay 300.000 venezolanos en España y seguirán viniendo. Es una cuestión de Estado y seguro que por medio ha habido alguna llamada telefónica desde La Moncloa.

Las salidas del país se han acentuado en los últimos días debido al miedo al golpe que prepara Maduro para el próximo 30 de julio, cuando se celebren elecciones a la asamblea constituyente, entre cuyos electores no está el pueblo venezolano, sino solo los chavistas escogidos por el gobierno. O sea, una farsa electoral.

Una vez realizada la farsa, Maduro enviará a los nuevos asamblearios a tomar el edificio de la asamblea, edificio que ocupan ahora los diputados legales de la anterior asamblea, elegida por el pueblo en 2014.

Cualquier cosa puede pasar la semana que viene, pero siempre para peor.

Las aerolíneas españolas siguen realizando vuelos regulares a Venezuela, a pesar de que el estado venezolano les debe mucho dinero. El año pasado, el presidente de Iberia reconoció que el país le debía 200 millones de euros, aunque el representante español, en un alarde de diplomacia, decía que era dinero que "estaba retenido".

Maduro debe también a Air Europa más de 68 millones de dólares, lo cual ha causado un quebranto a la compañía de José Hidalgo. La empresa aérea cerró el ejercicio de 2016 con unas pérdidas de 16 millones de euros. Habría ganado dinero, si no fuera por las gracias de Maduro.

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